¿A DÓNDE IRÁN LOS MUERTOS? QUIÉN SABE A DONDE IRÁN
¿A DÓNDE IRÁN LOS MUERTOS? QUIÉN SABE A DONDE IRÁN
2018-09-24
VENENOTAS

Por El Tlacuilo

¿A DÓNDE IRÁN LOS MUERTOS? QUIÉN SABE A DONDE IRÁN

EL TRAILER DE LA MUERTE
A nadie se le hubiera ocurrido dentro del género cinematográfico de películas violentas lo que sucede en México.
Ni George Miller, Stanley Kubrick, Quintín Tarantino, Eli Roth o Robert Rodríguez tienen una mente tan febril y perversa como para que en alguna de sus cintas aparecieran dos tráiler repletos de cadáveres putrefactos recorriendo las zonas proletarias de una ciudad; pero en la realidad de nuestro país ya sucedió, fue en el estado de Jalisco.
La imagen de uno de esos tráiler buscando un lugar apartado para dejar estacionado su remolque fue por demás grotesca.
En la caja de carga se veía dibujada la caricatura de un oso polar y los datos de la función primaria de la caja que fue diseñada para conservar canes para consumo humano y ahora estaba transportando 150 cadáveres; lo cual no deja de ser de un sutil humorismo macabro.
Quienes hicieron ese movimiento de “flete” fueron las autoridades del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), pues al ser rebasada la capacidad de su Morgue debido al elevado número de asesinatos, decidieron almacenar los cuerpos en un frigorífico móvil como si fueran “carnes frías”.
Ante los fétidos olores que despedían las cajas de enfriamiento, decidieron trasladarlos fuera de su área. Así dieron paso al escándalo del “tráiler de la muerte”; que puso a México nuevamente en los noticieros internacionales.
El macabro chistecito le costó la chamba al director de Ciencias Forenses, Luis Octavio Cotero Bernal, quien por orden directa del Gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, fue puesto de patitas en la calle.

ESTÁ DEL NABO
Jalisco no es el único estado en que la capacidad de sus morgues ha sido rebasada; en lugares como Guerrero o Sinaloa “almacenar” los cuerpos de personas asesinadas en hechos violentos es prácticamente imposible. El tema no solamente es resultado de la violencia generalizada que azota al país, también es consecuencia de la toma de decisiones burocráticas desde las oficinas y escritorios de las autoridades.
Resulta ser que el Código Nacional de Procedimientos Penales obliga a que los cuerpos y restos humanos relacionados con algún delito no puedan ser sepultados. Así mismo lo establece la Ley General contra la Desaparición Forzada y la Desaparición Cometida por Particulares y el Mecanismo Nacional de Búsqueda. Esto sucede porque para nuestras leyes los cadáveres deben ser clasificados cómo “evidencia”.
Esto se deriva de que en el año dos mil dieciséis, alguna mente trasnochada tuvo la ocurrencia de que si los cuerpos no eran incinerados o echados a una fosa común habría mayor posibilidad de dar con los responsables de sus asesinatos; sin embargo el rezago en las investigaciones sigue siendo el mismo, y ahora se le ha añadido el rezago de cuerpos almacenados; obviamente la disposición legal ha traído más problemas que beneficios.
La determinación fue demasiado rupestre, si tomamos en cuenta que los avances tecnológicos deberían de hacer innecesario la conservación de un cuerpo; ya existen suficientes instrumentos para archivar los datos necesarios para continuar una investigación a través de registros gráficos, de ADN etcétera.

TIEMPOS VIOLENTOS
La conservación de las centenas de cuerpos, consecuencia de los tiempos violentos que vive Veracruz y el país, no es el único problema que representan para las Fiscalías. Otro conflicto aún mayor es tener que investigar esos asesinatos.
Obviamente las Procuradurías de Justicia y Fiscalías de los estados no tienen la capacidad de hacerlo; es más tampoco la tiene la federación. Es imposible que esclarezcan los crímenes cuando muchas de las veces no tienen ni siquiera la capacidad para identificar los cuerpos; como ha sucedido en Veracruz, en que el Gobierno ha declarado que la Fiscalía General carece de presupuesto económico para levantar las muestras de ADN.

DESHUMANIZADOS
Los cadáveres para las autoridades son una contrariedad, la actitud de sus funcionarios así lo demuestra.
Para los estados del país golpeados por la violencia el recuento real de las víctimas no solamente les significa mayor desprestigio, sino que los presiona para investigar los casos; lo cual es una misión imposible por los excesivos hechos violentos, que se cuentan por decenas cada mes.
De ahí surge la hipótesis bastante fundamentada que fueron las mismas autoridades de Veracruz (las de ahora dicen que fueron las pasadas y las pasadas que también las de ahora le entraron a la estrategia) quienes sepultaron de manera clandestina los cuerpos en las fosas que se han venido localizando durante estos años ¿Qué macabro verdad?
Incluso durante varios años ha existido el rumor de que hay fosas irregulares en el Panteón de Palo Verde y hasta en la misma Academia de Policía del Lencero, ubicadas desde luego en la capital de Veracruz, Xalapa.
Algunas determinaciones legales respecto al tratamiento de los cuerpos de las víctimas de homicidio que parecerían acciones para ejercer justicia, lo único que han generado es una mayor des humanización; los cadáveres ahora son tratadas como “carnes frías” o sepultadas de manera ilegal y a escondidas.
Y si las leyes son un problema, los encargados de ejercerlas lo son aún más.
Hace unos días circuló una fotografía que ilustra de cuerpo completo a los responsables de investigar las fosas clandestinas; en la gráfica que fue manejada en varias de las Cuentas personales de los involucrados aparecen Eduardo Coronel Gamboa, Fiscal Especial para la Atención de Denuncias de Personas Desaparecidas en Veracruz; Jorge Winckler Ortiz, Fiscal General del Estado; y Roberto Cabrera Alfaro, Comisionado Nacional para la Búsqueda de Personas; los acompaña un grupo de trece personas que suponemos son sus colaboradores cercanos. A juzgar por las sonrisas, la fotografía parecería haber sido tomada durante un evento de día de campo, o durante la celebración de un cumpleaños en el monte, quizás durante un fin de semana de cacería, pero no; Roberto Cabrera nos aclara en su Twitter de que se trata, la tituló así: “En compañía del Fiscal General Winckler, el Fiscal Especializado Eduardo Coronel y el titular de Servicios Periciales, realicé un recorrido por el lugar donde han sido localizados los restos de al menos ciento setenta y cinco personas. Reconozco el trabajo de todo el equipo de la FGE Veracruz”… ¡Válgame dios!

FUERA CAVERNICOLAS
Lo primero que hay que recuperar como sociedad y principalmente como autoridades es la sensibilidad.
Habrá que devolverle a las victimas su calidad de seres humanos y que dejen de tomarse como estadísticas, pruebas periciales o “hallazgos” que sirven de pretexto para adular los egos, chocholearse cínicamente unos a otros y lavarse las manos culpando a otros.
Antes de eso no sucederá nada, antes de que las víctimas no se les regrese su condición de hijo, padre, hermano, o familiar de alguien, seguiremos sumidos en la misma tragedia que azota al país, y a Veracruz.

POSTDATA:
Reconocimiento y solidaridad con los valientes Colectivos veracruzanos, ejemplo de constancia y lucha.
 
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