El factor Xalapa
El factor Xalapa
2017-02-07

Convivencia a fuerzas

Gobernando Xalapa ha habido de todo, alcaldes buenos, malos y peores; los peores son los que no han valorado dentro de sus deberes la obligación de hacer buena política. Para cualquier gobernador en turno, debe ser una preocupación mantener una buena relación con el presidente municipal de la capital. Recordemos los aciagos días de Rafael Hernández Villalpando cuya política era la confrontación y la “corrientes”, llegando al extremo de tirar basura en los arcos del Palacio de gobierno estatal.

De la confrontación se pasó a la zalamería con Reynaldo Gaudencio Escobar Pérez, que entregó todo con tal de congratularse con el gobierno del estado, iniciando por entregar a su padrino Villalpando.

Además, el inescrupuloso personaje, compró su continuidad a través de un préstamo que aún seguimos pagando en el actual gobierno municipal y lo seguirán sufragando dos administraciones más (de acuerdo a lo que se informó en su momento de que se pagarían los célebres 400 millones en el transcurso de 20 años).

Américo

El actual alcalde es un munícipe que privilegia la política, a tal grado que logró la presidencia de la FENAM. Encabezó a los alcaldes que actuaron dentro de la ley y el orden para solicitar que le fueran pagados los adeudos de sefiplan. Ha marcado su relación con el gobierno actual (opuesto a su partido) como de trabajo y respeto. Américo Zúñiga Martínez también impulsó a la Sindica de su Cabildo para presidir a sus homólogos. El actual presidente municipal ha cuidado todos los flancos de manera aceptable y a consideración de muchos destacada.

Aunque esa buena relación entre gobiernos podría terminarse a la salida de Zúñiga Martínez, pues no empatan los cronómetros de ambos gobiernos. Américo saldrá de su responsabilidad en diciembre de este año, cuando a Yunes Linares le aún le faltará un año para terminar su mandato.
Al próximo alcalde le tocará ver concluir el mini gobierno de dos años y acompañar al próximo gobernador durante sus tres primeros años (medio sexenio).

El diluvio que viene

He ahí lo estratégico de las alcaldías y sobre todo la de Xalapa, pues el actual gobernador deseará tener al frente de ese gobierno a alguien con quien pueda continuar el buen trato, por lo tanto, tenga usted por seguro que habrá manos oficiales metidas en el transitar del proceso de elección del próximo mes de julio.

De manera inédita, a estas alturas los partidos políticos no han abierto sus cartas con rumbo a las elecciones municipales, Xalapa no es la excepción.

El tricolor

Al PRI, sus mejores mulas se le han echado; Ricardo Ahued Bardahuil afirma que no va, al parecer extrañó mucho estar detrás del mostrador de su tienda y por el momento no desea contender por ningún cargo público. Mientras que David Velasco Chedraui amaga por contender bajo las siglas de Morena, lo que lo convertiría en el primer “pirruris” en ser aceptado en un partido político que se dice abanderar a la raza.

A Renato Alarcón -que era el “más sonado”- se le atravesó la presidencia del CDE del PRI; mientras que Carlos Aceves Amezcua aún no ha levantado la mano de manera abierta.

El blanquiazul

Por parte del PAN el candidato natural sería Abel Cuevas Melo, pero es difícil que deje su actual cargo a cambio de la incertidumbre de una candidatura. Es casi imposible ahora que está feliz en la SEV, dictando los catálogos de la vestimenta “decorosa” y celebrando que “no le dieron, pero lo pusieron en donde hay”. Así que prácticamente queda solo rumbo a la candidatura blanquiazul el empresario Nicanor Moreira Ruiz, quién sería casi casi candidato de unidad, o mejor dicho, va solito al declararse “desierta” la convocatoria.

El único inconveniente para Morena, es que, en caso de ganar, se convertiría en un perfil “peligrosamente” conveniente para su partido, y podría dar la sorpresa de buscar la candidatura al gobierno estatal, acorde a los tiempos en que el elector le tiene anima aversión a los políticos y apoya a los candidatos ciudadanos. Nicanor (en caso de ser candidato y ganar) sería un alcalde demasiado incomodo, pues como todos sabemos, la candidatura del PAN para los seis años ya está apartada para Chiquiyunes.

Partido pejiano

Morena no ha soltado tampoco a su candidato, pues el payasito “El Cuicaras” quiere guardarse para ser nuevamente candidato a gobernador, así que la alcaldía le queda ya demasiado chiquita, dice él.

Por cierto, el diputado federal por Xalapa aún no genera ningún beneficio para los habitantes de la capital del estado, que lo llevaron con su voto hasta su curul en el altiplano.

Otra historia

De los chiquipartidos mejor ni hablar, seguirán la socorrida estrategia de colgarse de algún otro partido que les garantice -o al menos les de la esperanza- de conservar su registro y seguir succionando prerrogativas.









 
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