| “La dignidad no se negocia” |
| “La dignidad no se negocia” |
| 2017-01-30 |
| “La dignidad no se negocia” Chivo en cristalería La relación México-USA estuvo (o está) a punto de colapsar; esto a escasos días de que el empresario Donald Trump asumió la presidencia del país vecino. Al magnate financiero no le quitaron el software de la campaña e ignora que una cosa es hacer declaraciones incendiarias dentro del proselitismo y otra muy distinta realizarlas cuando se está facultado para proceder legalmente a ejecutarlas. A los dichos de Trump (por estúpidos que estos sean) los respaldan toda la fuerza del estado, además de uno de los ejércitos más belicoso y poderosos del mundo, por ese motivo varias potencias mundiales ya han ofrecido a México su apoyo militar; cabe aclarar que no es la primera crisis diplomática en que otras naciones han deseado que México les abra su territorio para dotarlo de armas y tener “a tiro de piedra” a los gringos para vulnerarlos; la única diferencia es que en esta ocasión es nuestro país el que se advierte amenazado por Estados Unidos y anteriormente los conflictos fueron con las otras naciones. La posición radical de Donald Trump en contra de México, y la falta de respeto que ha mostrado hacía el presidente Peña Nieto al condicionarle que paguemos el célebre Muro para permitirle reunirse con él, enardeció los ánimos nacionales y provocó que Peña Nieto resucitara a la gallina de los huevos de oro, para que le prestara un poco de su producción, para así cancelarle él la reunión al antipático monarca de los gringos. Peña arribotota Sin duda el más beneficiado de esta crisis ha sido Enrique Peña, pues jamás dentro de su mandato había tenido a todos los sectores políticos y sociales respaldándolo. Al parecer el tocayo del Pato Donald, calculó mal la fortaleza de nuestro país y pensó que el mundo permanecería callado observando como pateaba nuestra soberanía; pero no fue así, el mundo en su totalidad está solidarizado con México y haciendo un frente común contra alguien que se quedó viviendo en el pasado. Anquilosado Donald Trump es el tipo de hombre que la sociedad ya no quiere gobernando pues se rige por sus odios personales que le ofuscan el entendimiento, ha hecho de la venganza su modus vivendi y del pasado su pretexto para oprimir a quienes cree débiles y justificar sus pifias. Es claro que los tiempos de “los muros” se terminaron cuando cayó el de Berlín; que los bloqueos, los estados de sitio y la discriminación ya no se aplican ni contra su odiada isla de Cuba; que por cierto, durante decenas de años demostró que no importa cuán poderoso sea el enemigo, la dignidad nos fortalece para resistirlo. Trump encabeza un gobierno de gente a quienes la riqueza los hizo insensibles, no pueden entender la necesidad del trabajo porque jamás pasaron hambres ni escases; por ese motivo desean quitarle el modo de vida a los más “jodidos”, a quienes no consideran de su estirpe, al inmigrante, al extranjero. Ellos mismos son los practicantes de un pasado aún más añejo, de los tiempos en que la represión y la persecución jamás les trajeron consecuencias; Donald Trump y su séquito no se han dado cuenta que llegaron a gobernar a un mundo transformado, enlazado entre sí, a tal grado que es capaz de responder ante la injusticia de manera inmediata. Que con su pan se lo coma Trump ignora que construir muros lo aislará a él mismo, porque “no hay hombre sin el hombre”. Qué triste mentalidad hitleriana es creer que el mundo se divide solamente en dos grupos, ellos mismos y los indeseables. Peña Nieto y las instituciones de nuestro país ya les están demostrando que ante la cerrazón y la sin razón se puede ser digno, enaltece serlo. Hay poderosos a los que les espera un futuro trágico, plagado de la soledad generada por la soberbia. Sin pensar en la temporalidad de las cosas se dedican a poner detrás de un muro a quienes no coinciden con sus colores, a ser represores de quienes no agachan la cabeza. Así es Donald Trump, compadecemos a quienes lo rodean, entre ellos todos los mexicanos. |
