Delincuencia común sin freno
Delincuencia común sin freno
2017-08-07

Anécdota 1
¿Quién combate a la delincuencia común? Al parecer nadie. Las policías están demasiado ocupadas “combatiendo” a la delincuencia organizada y están dejando el camino abierto al asaltante común.
Les comento la anécdota de un conocido. Salió de viaje y dejó su coche estacionado en la calle, se lo robaron. Al conseguir un video de una cámara de vigilancia de un vecino observó el modus operandi; una mujer llegó, observó el vehículo, permaneció un rato junto a él, buscó la forma de abrirlo pero no pudo, entonces llamó una grúa la cual subió el auto para llevárselo, mientras una patrulla custodiaba la esquina ¿patrulleros ingenuos o cómplices? Vaya usted a saber.
Anécdota 2
La realidad del asunto es que el ciudadano tiene una enorme desconfianza tanto de la policía como de la impartición de justicia. Ahí les va otra anécdota del asalto nuestro de cada día. En la avenida Araucarias de las Ánimas, a la altura del Parque Hundido asaltaron a un amigo que caminaba tranquilamente ignorando que “el barrio” ya no es el mismo. Durante el atraco, encañonado con un arma estuvo flojito y cooperando como conviene hacerlo; pero ya sintiéndose seguro, cuando los dos mozalbetes huyeron buscó el auxilio de la policía, quienes respondieron eficazmente (no se ría no es ironía, es cierto). Localizaron a los asaltantes quienes trataron de huir a bordo de un taxi, pero fueron capturados (aplausos). El arma era de juguete pero de todas maneras fueron llevados a la cárcel por el delito de asalto, durante la audiencia el asaltado tuvo que asistir a identificarlos y en una pifia legal fue leído públicamente su nombre completo y su domicilio ante los asaltantes; ya solamente faltó que les regalaran una arma de verdad a los criminales para que fueran a cobrársela. Eso es recurrente entre los ministerios públicos, protegen la identidad y datos del criminal pero publican a los cuatro vientos los datos completos de las víctimas.
Va en aumento
Anteriormente conocíamos a alguien que conocía a alguna otra persona que habían asaltado, ahora estamos en el momento en que todos nosotros conocemos a alguien que ha sido víctima de la delincuencia; la siguiente etapa es que todos hayamos tenido un incidente con los malandros; para más tarde preguntarnos “cuantas veces hemos sido asaltados”, vamos en ese crecimiento.
Los asaltos bancarios y a establecimientos comerciales también van aumentando, los dueños de Grupo Fasty son de los “clientes” preferidos de la delincuencia, ya hasta tienen en sus tiendas fotos de los asaltantes sin que suceda nada; eso sí, cuando los maleantes cometen actos delictivos más graves las autoridades nos presumen de que los tienen perfectamente identificados, y la pregunta entonces es: “si los conocen y reconocen porque no los capturan antes”.
Del dicho al hecho hay mucho trecho
Sonaba muy bien la propuesta de campaña de meter tecnología para el combate al crimen, habría cámaras de vigilancia y Drones. Sin embargo Téllez Marié dio carpetazo al tema durante su comparecencia con un escueto; “No hay ninguna partida presupuestal que permita la compra de ese equipo”, caray, nos pasó igualito que a una prima, que le juraron que se casarían con ella y nada de nada después de que dio su brazo a torcer.
El sistema de justicia de “puerta giratoria” es algo que fomenta el aumento de la delincuencia, los raterillos que han caído recurrentemente a la cárcel son dejados en libertad una y otra vez para seguir delinquiendo ¿y la reincidencia qué?
Cada vez vemos las casas con mayores medidas de seguridad, cercas alambradas, bardas, cuchillas, vidrios rotos y demás sistemas que intentan amedrentar a los asaltantes están presentes. Las protecciones en puertas y ventanas son cada día más necesarias, resultando que quienes vivimos “tras las rejas” somos los ciudadanos y no los criminales ¡estamos lúcidos!
Es claro que hay que hacer cambios a fondo en la forma de operar de la policía, hay voces recurrentes que están en favor de que se retorne a la policía municipal, sin embargo hay otras que recuerdan que entre más local es la policía más vulnerable es a ser corrompida por el crimen. Urge un golpe de timón, porque con el sistema que se tiene no se ha logrado frenar al crimen organizado y sin embargo se ha dejado libre a la delincuencia común. El gobierno no debería tomar como una crítica mal sana que se señalen estos puntos, sino como señales de alerta que se deben atender, porque desde las Suburban, las oficinas y rodeados de guardaespaldas, la vida no se mira igual que desde el Ángulo del ciudadano que “se la rifa” en la calle, a puro valor mexicano.
 
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