| Sistema fallido |
| Sistema fallido |
| 2017-07-10 |
| Según los guiones de las películas de Súper Héroes y Súper Villanos, liberar a los reos de las cárceles es hacer un daño social importante; sin embargo para el nuevo Sistema Penal es una meta positiva de lograr, pues en todo el país este nuevo sistema ha permitido que muchos reos obtengan su libertad. De las evidentes fallas que presenta el sistema, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se defiende y asegura que no es Ley la que está fallando sino que es culpa de policías y fiscales que no “len” bien las letras chiquitas. Para el ministro José Ramón Cossío Díaz la liberación de reos imputados por delitos de cuello blanco y portación de armas son meramente “fallas” humanas ¡Pecata minuta! Que no les dé cuerda a las autoridades, porque si de por si el manejo de la ley y la justicia en nuestro país dista mucho de ser derecho, ahora dándoles pretextos pues mucho más, “¡el chamaco es chillón y todavía lo pellizcan!” Ciudadanos sin confiar en nadie Lo que menos haría falta en este momento sería hacer más blanda la aplicación de la ley, sino por el contrario habría que hacer los ajustes para que exista mayor severidad, porque los “malandros” ya no le temen ni a Dios ni a María Santísima, mientras tanto los ciudadanos vivimos en terror constante tanto a los delincuentes, como a los policías y fiscales. Para la SCJN “los eslabones más débiles del sistema judicial son las policías, los integrantes de servicios periciales y los fiscales, quienes no construyen bien sus acusaciones”; la pregunta entonces sería: ¿No acusan debidamente porque no saben o porque existen complicidades?”; porque hasta las acusaciones contra Javier Duarte (que “asegún” les importan tanto al Fiscal) están mal sustentadas. Que peligrosas son esas políticas, pues el famoso “se me chispotió” está bien para el set de grabación del Chavo del Ocho, pero no para el escenario delincuencial que tanto está vulnerando a los mexicanos. Para Yunes Linares el nuevo Sistema Penal no está funcionando ni cumpliendo los objetivos para los que –nos dijeron- fue creado, y pide a la federación volverle a meter mano para corregir errores que más bien parecen horrores. Miguel Ángel Yunes propone un análisis a fondo que implique reformas y cambios a la Constitución. Nuestra realidad Mientras las altas autoridades se ponen de acuerdo, el pueblo de México y de Veracruz vive una de las peores crisis de seguridad de su historia; quienes se ven vulnerados por la delincuencia no encuentran a quien recurrir ante la desconfianza de que las autoridades estén enganchadas con los criminales. Resulta para todos inverosímil que los asesinos operen con total impunidad en lugares públicos sin importarles que haya testigos presentes ¿Será que la policía es tan ineficaz que se les escapan todos? Las Plazas Comerciales, restaurantes y bares se han convertido en terreno fértil para “ajustar cuentas”, sin que exista tras de un hecho delictivo resultados por parte de las autoridades, ni tampoco se estén creando estrategias para evitarlo. Transitamos sin drones, ni cámaras de vigilancia, ni tampoco con toda esa tecnología prometida en campaña. En el escenario real el gobierno estatal medio intenta contener la delincuencia, mientras que las autoridades federales realizan turismo de guerra en nuestro estado. Rascándonos con nuestras propias uñas En algunas colonias los vecinos se organizan para tratar de contener los asaltos en su zona, empresarios intentan hacer un frente común, mientras que otros ciudadanos evitan salir de noche y blindan sus hogares con los mayores recursos a su alcance, desde protecciones metálicas en puertas y ventanas hasta sofisticados sistemas de vigilancia. Los jóvenes permanecen pendientes de las Redes Sociales por donde se avisan si hay tiroteos en alguna zona de la ciudad. Entre los círculos sociales se informan de los “levantados”, cada alerta les obliga a permanecer más cuidadosos y moverse lo menos posible de sus zonas de seguridad. Los veracruzanos hemos aprendido a vivir entre la violencia, más sin embargo no nos hemos acostumbrado y no perdemos la esperanza de que esta crisis sea temporal, así vivimos desde hace trece casi trece años, sin embargo en vez de menguar la violencia se ha recrudecido. Los veracruzanos que tienen el dinero para hacerlo están enviando a sus hijos a lugares menos colapsados por la delincuencia, quienes no tienen el recurso económico solamente rezan para que sus hijos no se les vayan a atravesar a los malos. Somos una sociedad tocada por la delincuencia, ya no tiene caso tratar de negarlo. Y para protegernos solo la misericordia de dios, que es tan grande. |
