El mito llamado Andrés Manuel López Obrador
El mito llamado Andrés Manuel López Obrador
2016-03-21
Un caso más
De inicio López Obrador es priista, mas al no encontrar oportunidad de seguir creciendo dentro de la estructura de su partido emigra hacia nuevos horizontes. El oriundo de Tepetitán en el municipio de Macuspana, fue a principios de 1983 presidente estatal del PRI de Tabasco, antes había colaborado en la campaña del candidato externo del PRI Carlos Pellicer Cámara, rumbo al Senado. En 1984, ya instalado en la ciudad de México asumió la Dirección de Promoción Social del Instituto Nacional de Protección al Consumidor, durante la presidencia de Miguel de la Madrid Hurtado.

Acomodándose
En 1988 tuvo el acierto de unirse al grupo de militantes del PRI encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, hecho que más adelante le beneficiaría. Su salida del PRI fue para ser postulado a gobernador de Tabasco por el partido Frente Democrático Nacional, elección en la que fue derrotado. Como en Andrés Manuel no existe el principio de: “Pero no hay que llorar, hay que saber perder”, impugnó la elección y exigió la anulación de los comicios. Aunque sus berrinches ante la derrota son recurrentes, la realidad es que nunca ha ganado ninguna elección, recordemos que perdió ya abanderado por el PRD una segunda vez la gubernatura de Tabasco en 1994, frente a Madrazo Pintado. Obvio volvió a impugnar.
La jefatura del gobierno del DF la ganó Cuauhtémoc Cárdenas para él (con un escaso margen 34.5% contra 33.4% de Santiago Creel).
Se asevera que Cárdenas fue jefe de gobierno por una negociación entre Salinas de Gortari para que el hijo del Tata Cárdenas lo dejara asumir la presidencia de la República. Es de recordarse la histórica cita convocada por Cuauhtémoc Cárdenas en el Zócalo de la ciudad de México, que se abarrotó de gente dispuesta a defender “su triunfo” de la manera que fuera, pero el único que no estuvo dispuesto a hacerlo fue Cárdenas, un día antes (trascendió años después) ya había negociado el DF con Salinas, cargo que después heredaría a Rosario Robles y a López Obrador, aunque el Peje ya no se acuerda y le muerde la mano.

Sus estratagemas
El discurso de Andrés Manuel es altamente eficaz, se pronuncia recurrentemente contra la corrupción, señala a la delincuencia y propone una alianza con los ciudadanos, llama a
Morena el partido “la esperanza de México” y se asume como un mesías con calidad moral, es decir: “demagogia pura”.

Las incongruencias

En el tema de la corrupción
Andrés Manuel ha sido toda su vida funcionario público o partidista, y aunque él oculta lo más posible su riqueza económica su hijo menor no, presume con frecuencia su ropa con valor de miles de pesos, sus autos de lujo, como un Lamborghini, auto cuyo precio supera el millón de dólares. El junior gusta fotografiarse en fiestas elegantes y viajes por el mundo “¿Quién pompó esas cositas, quién pompó?”, diría el también tabasqueño Chico Ché. No olvidemos los video-escándalos que salieron a la luz pública durante su gobierno, y que evidenciaron la corrupción que existía dentro de la administración del incorruptible Peje.

¿La delincuencia?
Ya fue jefe de gobierno del DF y sí combatió (sin erradicar) a la delincuencia menor, pero a las poderosas mafias de Tepito y a la delincuencia organizada no las tocó ni con el pétalo de una rosa, la piratería de las maquiladoras instaladas en San Antonio Abad y Mixcalco también continuó operando “normalmente”. La impresionante red de prostitución de la Merced no fue molestada. El combate a la delincuencia durante su gobierno fue una simulación más, como la del “modesto” Tsurito blindado en el que viajaba, pero que era conducido por Nico, quien percibía un salario superior a los sesenta mil pesos mensuales.

La moralidad
Para darnos una idea de la calidad moral de la que presume Andrés Manuel habrá que investigar de dónde proceden los financiamientos con los que ha hecho campaña durante once años, uno –tal vez el más “legal”- era de los dineros del Sindicato de Electricistas del Centro.
Hubo un caso que retrata de cuerpo entero esa moralidad, cuando uno de los aliados y operadores de Andrés Manuel en Veracruz, Celestino Rivera Hernández, fue capturado con dinero en efectivo para maniobra partidista, el motivo de su aprehensión no fue por los más de doscientos cincuenta mil pesos que cargaba, eso fue casual. Fue detenido en fragancia violando a un niño humilde de doce años, en un motel. El caso fue público… ¡Eso es moralidad!

Modus operandi
Mentir para algunos políticos es un tema recurrente y conveniente, pero cuando se hace con tanto cinismo es de llamar la atención: “Hay que ser marranos, pero no tan trompudos”.
Pero si usted cree, ama, y admira al líder nacional de Morena, está en todo su derecho, la simulación y la demagogia son parte de los usos y costumbres del poder, a través de ella muchos han establecido importantes cotos de autoridad, éste es un caso más.
 
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