¡Ma´ linda!
¡Ma´ linda!
2016-05-09
Tinta con reflejo social

Nació en 1943, la partera que lo dio a luz fue la escritora Yolanda Vargas Dulché. Originalmente fue dibujado durante diez largos años por Alberto Cabrera, pero quien sacó la esencia del personaje fue el maestro Sixto Valencia, quien se hizo cargo del personaje a partir de 1962, son los dibujos que hemos conocido siempre, y que le ganó el mote a don Sixto de “el papá de Memín Pinguín.

El nombre del negrito de la historieta lo tomó Yolanda Vargas del apodo de su esposo, Guillermo De la Parra Loya, quien luego sería el fundador de la Editorial Vid. Loyo trabajaba en aquellos años en un banco y sus amigos le decían así: "porque era todo un pingo"; o sea que era muy travieso ("Memín" es el diminutivo cariñoso de Guillermo; "Pinguín" es el diminutivo cariñoso de pingo). Las diéresis vinieron después, cuando la historieta trascendió nuestras fronteras y la confusión con la palabra “pinga”, no era muy conveniente en algunos países, por obvias razones.

Los personajes (que todos los que andamos por los cincuenta años y más, recordamos) que acompañaban a Memín, Ernestillo, Carlangas y Ricardo fueron tomados de personas reales, amigos de la infancia de la pareja mencionada, que vivieron en la colonia Guerrero de la Ciudad de México.

La historieta de publicación semanal que constó de 372 capítulos se convirtió en una de las más emblemáticas de nuestro país, y trascendió nuestras fronteras. Editada en tinta sepia y con portada a todo color. Enaltecía los valores humanos hacia la familia y el Estado, tanto así que durante un tiempo el Ministerio de Educación en Filipinas hizo obligatoria su lectura en las escuelas.

Otra época

Dentro de los personajes de la historieta, doña Eufrosina, la má´ linda de Memín Pinguín, se cuece aparte. De oficio lavandera, intenta educar a su hijo de la mejor forma, su instrumento didáctico eran unas buenas nalgadas o en casos extremos, golpes en los glúteos con una tabla con un clavo… salvajismos de aquellos nuestros tiempos, que en muchos casos fueron eficaces para inculcar valores, a una generación que el único tatuaje que llevábamos puesto, era el de la chancla de nuestra mamá en salva sea la parte.

Ma´ linda representa a la mamá exigente de aquellos tiempos, preocupada porque su hijo tomara “el buen camino”. Memín con un carácter travieso, pero con buenos sentimientos, siempre salía con algún aprendizaje de los múltiples líos en que se metía. No lo imaginamos de grande siendo sicario, narco o algo por el estilo. Tampoco creeríamos que llegara a ser funcionario corrupto o empresario tranza; el personaje tenía formación, tenía madre, que lo iba encaminando.

De la fantasía a la realidad

Esa simple historieta refleja un momento social que se perdió hace mucho, que valdría la pena recuperar. Será uno romántico, pero la vida nos ha enseñado que el fomento a los valores forma hombres y mujeres de bien.

Los gobiernos se gastan millones de pesos en Educación, que a todas luces está mal estructurada, en sus temas de enseñanza la formación moral ocupa ya un último plano. México compra equipamiento para las fuerzas armadas, con un costo millonario. Las policías estatales y municipales también se llevan una gran tajada del presupuesto nacional para poder “combatir” a los malos. Pero los resultados al tiempo es que la delincuencia no baja, simplemente se releva. Si esa estrategia es un programa para combatir la explosión demográfica felicitaciones, les está funcionando extraordinariamente, porque los delincuentes muertos y los ciudadanos asesinados como daño colateral ya son incontables en nuestro país.

Pasar de una historieta a una vida real lastimosa es con sobrada intención; no podemos quejarnos del narco cuando sabemos que familiares, amigos y conocidos son consumidores de droga, y lo vemos como algo normal. No se puede permitir el consumo de la mariguana, cuando su producción es ilegal. Vivimos una peligrosa doble moral.

Estructura familiar dañada

Cada delincuente tiene de cómplices a su familia, que saben y toleran sus andanzas. La descomposición social no se acaba con balas, se terminaría paulatinamente con un retorno a los valores, de los cuales estamos tan alejados como sociedad.

Vaya una felicitación sincera a las “ma´ lindas”, que afortunadamente aún son mayoría. A las mujeres que están preocupadas y ocupadas en formar buenos seres humanos, hombres y mujeres decentes, que seguirán siendo el equilibrio social en estos tiempos violentos.
 
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