| El Grito de Independencia |
| El Grito de Independencia |
| 2016-09-19 |
| Tradición de fuerte arraigo El grito de Dolores, recordado el 15 de Septiembre (aunque sucedió un día 16 del mismo mes) es una de nuestras tradiciones históricas más arraigadas de nuestra cultura. Para la mayoría de las familias mexicanas va acompañado por una fiesta en donde están presentes platillos típicos, música folclórica y a veces, solo a veces, litros y más litros de tequila. Los registros históricos dicen que en 1812 Ignacio López Rayón (quien fuera Secretario Particular de Miguel Hidalgo), fue el primero en recordar este hecho en Huichapan, Hidalgo. Desde entonces no se ha dejado de conmemorar; aunque, refiere Francisco I. Madero en una carta, que en el año de 1910 durante las fiestas del Centenario, la campana no sonó al primer intento, algún maderista infiltrado había envuelto el badajo con un trapo. Corregido el detalle, el general Porfirio Díaz pudo –al fin- hacer sonar la campana de Dolores. Fue el presidente José López Portillo quien mandó a hacer 31 réplicas de la Campana de Dolores, una para cada capital de los estados de la república. Anecdotario Todos los años -en alguno de los niveles de gobierno- existe alguna anécdota que comentar en torno a la ceremonia; este año en especial estuvo matizado por el mal sabor de boca de la reciente visita de Donald Trump, que hizo que muchos mexicanos nos sintiéramos traicionados por nuestro presidente. Pero la anécdota chusca se la llevó el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Suárez, a quién un militar “bruscote” le arrebató la bandera, poco faltó para que el mandatario chiapaneco gritara: “¡ay mi manita!”. Pero se aguantó como los machos, y solamente hizo algunos pucheros momentáneos. Se ha vuelto también una tradición, que cada presidente, gobernador o alcalde, le agregan al tradicional Grito alguna frase que describa su momento político; llegando a los excesos en su mayoría de las veces, como el caso del alcalde de Macuspana, Tabasco, José Eduardo Rovirosa, que este año pronunció: “¡viva el hombre que por cuarta vez da el grito desde este balcón!”, en alusión a que está gobernando por segunda ocasión aquel municipio… o sea dijo: “¡Viva yo!”. Uno de los gritos más escandalosos que se han dado en nuestro país, fue cuando el entonces presidente Luis Echeverría le agregó un “Viva el Tercer Mundo”. Pero Vicente Fox, no cantó mal las rancheras y aplaudió a la democracia, a los acuerdos para un México mejor y a las instituciones. Mientras que Felipe Calderón se echó la puntada de agregarle “¡Viva la Revolución!”; lo bueno que no vitoreo también a la Guerra Cristera. Los otros gritos En Xalapa, por ser la Capital del estado, “la moral y las buenas costumbres” indican que el presidente municipal se abstiene de celebrar esta ceremonia; sin embargo recordemos que (el difunto político) Rafael Hernández Villalpando armó dos años su fiesta en Casa Blanca. A nivel nacional ha habido otros gritones rebeldes; en 1968, Heberto Castillo dio el Grito en C.U. Veinte años después Manuel J. Clutier lo hizo en el Ángel de la Independencia, y un sexenio más tarde, Cuauhtémoc Cadenas gritó nuevamente en Ciudad Universitaria. Otro dato curioso, fue en el año 2016, cuando Alejandro Encinas -entonces Jefe del gobierno de la ciudad de México- gritó desde el Balcón de Palacio Nacional; mientras el presidente con botas, Chente Fox, gritaba en Dolores Hidalgo. Andres Manuel López Obrador dobleteó Grito en el Zocalo, ya que en el año 2007, dio su Grito de Dolores desde el Palacio del Gobierno del D.F a las nueve de la noche, y dos horas después lo dio Felipe Calderón desde el balcón presidencial. Lo que ya no trascendió fue quién aprovechó los “acarreados” de quién. Nuestro Grito El Grito de Dolores de este año en Veracruz estuvo tranquilo; fuera del desbarajuste que pregonaban los mesías del caos. El Palacio de Gobierno lució con poca asistencia, faltaron los “busca chambas”, los oportunistas y los doble cara. Estuvo la gente del gobernador Duarte de Ochoa, la prensa que trabaja más allá de las pasiones personales, además de familiares y amigos del mandatario que se irá en diciembre. La Plaza Lerdo, abarrotada, la gente participó en una ceremonia emotiva. Veracruz continúa. Solamente para los que traen sus intereses políticos las cosas cambiaron. El ciudadano común simplemente espera un buen gobierno. El grito de “¡Viva México! ¡Viva Veracruz!” de este año, marcó el final de una historia; para dar inicio a otra etapa del pueblo veracruzano; que está más allá, del bien y del mal. |
