HOY ES UN BUEN DÍA PARA ESCUCHAR EL DISCO DE JOAN MANUEL SERRAT, “POETA”
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Cuando Joan Manuel Serrat lanzó el disco Dedicado a Antonio Machado, la España franquista sintió que algo se movía bajo sus pies.
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OPINIÓN | Revista el Tlacuilo / 2025-12-07
Redacción. - Joan Manuel Serrat interpretó numerosos poemas de Antonio Machado en su álbum clásico “Dedicado Antonio Machado, poeta” (1969).
Se trata de una pieza en la que la calidad musical se empareja con la sensibilidad y excelencia de la pluma de Machado; a la que se une el talento creativo de Serrat, compositor de la canción que le da nombre al disco.
Las canciones, después de 56 años siguen vigentes, y entendemos aún más su importancia después de la persecución y el exilio que sufrió el cantante español a causa de su música, en especial por estos poemas.
Cuando Joan Manuel Serrat lanzó el disco Dedicado a Antonio Machado, la España franquista sintió que algo se movía bajo sus pies. En apariencia, era un álbum de canciones basadas en la obra de un poeta admirado; en la práctica, fue leído como un gesto político que escandalizó a la derecha más conservadora del régimen.
El origen de la incomodidad era claro: Antonio Machado no era un poeta cualquiera. Había apoyado públicamente a la Segunda República, murió en el exilio: “Murió el poeta lejos del hogar, lo cubre el polvo de un país vecino”. Su nombre, durante décadas, permaneció asociado a la memoria incómoda que el franquismo intentaba borrar.
Musicalizarlo en plena dictadura no solo era un acto de audacia cultural, sino una forma indirecta de reivindicar a los derrotados de la Guerra Civil.
Serrat, por su parte, ya estaba en el radar de la censura. Su pertenencia a la Nova Cançó, movimiento que defendía lenguas y expresiones perseguidas, lo convertía en un artista observado con recelo. Un año antes, en 1968, había desafiado abiertamente al régimen al negarse a cantar en castellano y hacerlo en catalán, para representar a España en Eurovisión, gesto que le costó la expulsión del certamen.
En ese clima político, Poeta, con su ya célebre verso de Machado —“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”—, fue leído como un mensaje cifrado. Para muchos jóvenes, la frase se convertía en una invitación a abrir rutas distintas a las impuestas por la dictadura; para los sectores más rígidos del franquismo, era una provocación disfrazada de poesía.
El disco, lejos de pasar inadvertido, se volvió una referencia cultural para una España que comenzaba a sacudirse el silencio. La censura permitió su circulación, pero no sin debate interno. La derecha más dura acusó a Serrat de usar la poesía para introducir ideas “inconvenientes”, y lo dijo con la solemnidad de quienes sospechan que un verso puede hacer más daño que un discurso político.
A pesar de las tensiones, o quizá gracias a ellas, Dedicado a Antonio Machado, “Poeta” se consolidó como una obra fundamental. Marcó un antes y un después: puso a la poesía republicana a sonar en las casas españolas en los años más rígidos del franquismo y confirmó a Serrat como una figura que, sin estridencias, sabía incomodar al poder.