MARCHA 25N, ORIGEN: VOCES QUE TOMAN LAS CALLES CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
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Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres: exigencias, contexto y significado.
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INFORMACIÓN | Revista el Tlacuilo / 2025-11-25
Redacción. - Cada 25 de noviembre las calles se tiñen de color morado y naranja en calles de México y del mundo, donde miles de mujeres se movilizaron para exigir el fin de la violencia de género. La fecha, reconocida por la ONU como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, recuerda el asesinato de las hermanas Mirabal en 1960, símbolo de la lucha contra la opresión y la brutalidad patriarcal. Se trata de una jornada global que año con año convoca a colectivas, familias de víctimas, organizaciones civiles y ciudadanas para visibilizar una problemática que persiste y se recrudece.
En México, donde más de siete de cada diez mujeres han experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida, el 25N tiene un peso especial. Las principales avenidas de diversas ciudades se convirtieron en espacios de protesta, duelo y esperanza. Las consignas repitieron las exigencias de justicia para víctimas de feminicidio, desapariciones y agresiones sexuales, así como la demanda urgente de políticas públicas efectivas: refugios con presupuesto suficiente, investigaciones serias, sanciones reales para agresores y programas de prevención sostenidos en el tiempo.
Además de las formas históricas de violencia, este año cobró fuerza la denuncia sobre la violencia digital: el acoso en redes, la difusión no consentida de imágenes íntimas y la vigilancia tecnológica. Colectivos feministas señalaron que esta modalidad se ha vuelto un nuevo frente de riesgo, especialmente para mujeres jóvenes.
Las marchas, realizadas en capitales y ciudades importantes del país, incluyeron actividades culturales, performance, lectura de posicionamientos y bloques organizados de colectivas. En varias entidades, incluyendo Veracruz, la jornada también sirvió para visibilizar la falta de resultados en investigaciones por feminicidio y desaparición, así como la urgencia de que las autoridades fortalezcan atención y prevención.
Más allá de las cifras, el 25N se consolidó otra vez como un día que recuerda que la lucha no es simbólica: es diaria, transversal y comunitaria. Las calles se llenaron de nombres de mujeres ausentes y de violentadores que deben perder el anonimato, pero también de la determinación de quienes continúan exigiendo un país donde vivir no sea un riesgo ni un privilegio.
El riesgo de cada año son los grupos violentos que se infiltran para cometer actos vandálicos, como si los bienes públicos y privados tuvieran alguna culpa de lo que ha construido esta sociedad; actos que demeritan la esencia de algo tan importante y trascendente para nuestra sociedad. Sin embargo, esto no es privativo de esta marcha, se infiltran en todas las que pueden y de cualquier grupo social.