EL SINDICATO ÚNICO QUE MURIÓ ANTES DE NACER
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INFORMACIÓN | Revista el Tlacuilo / 2025-11-22

Redacción.- En Veracruz algunas ideas políticas suelen tener una vida corta, pero pocas han caído tan rápido como la iniciativa para crear un sindicato único en el aparato gubernamental. Nació con estridencia, sostenida por el diputado Juan Tress Zilli, envuelta en el discurso de la modernización administrativa y la eficiencia laboral. Murió, como muchas malas ideas, en cuanto tocó la realidad: trabajadores organizados, sindicatos inconformes y un escenario político al que no le convenía abrir un frente de conflicto innecesario.

La ruta del descalabro fue veloz. Conforme los sindicatos estatales comenzaron a movilizarse, a señalar que la propuesta violentaba la libertad sindical y a recordarle al diputado que los convenios internacionales no son decoración, la iniciativa empezó a tambalearse. Las marchas crecieron, los comunicados se multiplicaron y el mensaje se volvió claro: Ningún sindicato estaba dispuesto a fusionarse.

Y entonces ocurrió el momento decisivo: la reunión entre representantes sindicales y el Secretario de Gobierno Ricardo Ahued. A partir de ese diálogo político —breve, práctico y sin necesidad de discursos heroicos— la iniciativa quedó sin efecto por el momento: se establecerán mesas de trabajo para revisarla. En lenguaje legislativo se le llama meterla al congelador.

La iniciativa del sindicato único suena práctica y no es mala en la mesa, porque es desgastante y ocupa demasiado tiempo de los funcionarios tratar con múltiples sindicatos, pero en la realidad política del estado es inviable; sobre todo porque crearía un peligroso contrapeso para el ejecutivo, porque el líder de tan poderoso sindicato tendría la capacidad de paralizar totalmente al Estado cuando algo no le gustara; la iniciativa no murió por falta de voluntad política, sino por exceso de sentido común.

Eso sí, servirá como acicate para que los sindicatos le bajen un poquito a su protagonismo, por temor a que “se la apliquen”.