LÍDER DE LA “GEN Z” RECIBIÓ CONTRATO DEL PAN POR MÁS DE 2 MILLONES DE PESOS
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El salario supera con mucho al de los y las gobernadoras

El Tlacuilo
Opinión invitada / 2025-11-19

Redacción Revista el Tlacuilo.- Mientras miles de jóvenes acudieron a la Marcha GEN Z pagando de su propio bolsillo el transporte, las lonas, los plumones, las playeras y hasta el almuerzo, convencidos de que participaban en un acto totalmente ciudadano, el rostro visible del movimiento, Edson Andrade Lemus, operaba bajo otra realidad: un contrato por más de dos millones de pesos firmado con el Partido Acción Nacional.

La Presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde Luján, exhibió el documento en la red X, cuestionando el supuesto apartidismo del principal impulsor juvenil.

Alcalde señaló que Andrade Lemus recibió un contrato en febrero de 2025 por 2,106,810.00 pesos (Dos millones ciento seis mil ochocientos diez pesos 00/100 M.N.), divididos en 12 pagos mensuales de 175,577.50 pesos (ciento setenta y cinco mil pesos con cincuenta centavos). Una suma que supera el salario de varios gobernadores del país y que contrasta de forma brutal con los jóvenes que marcharon pagando todo de su cartera bajo la idea de una causa auténticamente ciudadana.

“Qué coincidencia”, escribió Alcalde, recordando que apenas semanas antes el dirigente nacional del PAN, Jorge Romero Herrera, había declarado que a la oposición “solo le faltaba la violencia”. El comentario cae pesado si se considera que el financiamiento del supuesto líder juvenil estaba en marcha desde entonces.

En el contrato presentado por la presidenta de Morena, Edson Andrade aparece registrado como “prestador de servicios” bajo la actividad empresarial de redes sociales. El documento está firmado por Óscar Agüero Zúñiga, representante legal del PAN, y por el propio Andrade Lemus en su calidad de proveedor.

El contraste no podría ser más claro: mientras los manifestantes reales arriesgaron el físico, ofrendaron su tiempo y convicción para asistir, el líder del movimiento recibió recursos millonarios para “impulsar” lo que se presentó como espontáneo y apartidista. Una dualidad incómoda que revela, una vez más, cómo en México las grandes causas ciudadanas a veces tienen financiamiento perfectamente calculado, aunque se disfracen de indignación juvenil genuina.