Redacción. - La movilización nacional convocada por la llamada generación “Z” tuvo este sábado una respuesta en distintas ciudades del país, entre ellas Xalapa, Veracruz, donde un grupo regular de personas se congregaron en la Plaza Lerdo para sumarse a la jornada de protesta. Aunque el movimiento surgió como un llamado de jóvenes, en la capital veracruzana la asistencia fue diversa: participaron estudiantes, trabajadores, adultos mayores y familias completas que caminaron con pancartas y consignas, en su mayoría enfocadas en la exigencia de un país más seguro, justo y con mejores condiciones de gobierno; pero contaminada con expresiones netamente partidistas contra la Gobernadora de Veracruz y contra Morena, algo que politizó la expresión.

El punto de reunión fue la Plaza Lerdo de Tejada, frente al Palacio de Gobierno, donde desde las 11:00 horas comenzaron a concentrarse los contingentes. Vestidos principalmente de blanco y portando sombreros —uno de los símbolos adoptados por el movimiento— los asistentes avanzaron por el centro de la ciudad entre consignas como “¡Justicia!” y llamados a frenar la corrupción y la violencia. Entre los mensajes visibles destacaron reclamos por mayor participación ciudadana, transparencia gubernamental y mejores oportunidades para la juventud.

De acuerdo con los organizadores locales, la marcha en Xalapa buscó mostrar un “despertar” generacional frente al hartazgo social. Durante el recorrido no se registraron actos de vandalismo ni confrontaciones con autoridades; incluso el Ayuntamiento había anunciado previamente cierres viales para facilitar el paso de los contingentes, previendo una afluencia considerable. Aunque la participación no alcanzó las dimensiones esperadas por algunos sectores, los asistentes aseguraron que la relevancia del movimiento radica en su carácter ciudadano y en su intención de mantenerse independiente de partidos políticos.

Hasta el cierre de esta edición, las autoridades veracruzanas no habían reportado incidentes mayores en Xalapa, y los contingentes continuaban congregados en el centro de la ciudad para concluir la jornada con mensajes ciudadanos.

Ante este revoltijo de edades, ideologías y consignas, parecería que la marea rosa, solamente se vistió ahora de blanco, y se puso sombrero.