Redacción | Tlacuilo.- En rechazo al homenaje realizado al exgobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, un grupo de jóvenes encapuchados protagonizó una agresiva marcha este miércoles en la ciudad de Xalapa.

Tal como se advirtió en este espacio desde el día anterior, los manifestantes partieron del parque Los Tecajetes y avanzaron sobre la avenida Manuel Ávila Camacho, dejando a su paso pintas en fachadas de comercios, además de pegar carteles en negocios y sucursales bancarias.

Uno de los principales blancos del grupo fue la sede del Instituto Nacional Electoral (INE), donde rompieron cristales y causaron diversos destrozos. También fue severamente vandalizada la sede estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ubicada en la avenida Ruiz Cortines. Tras los hechos, el dirigente del PRI no tardó en aprovechar la coyuntura para lanzar acusaciones políticas contra sus opositores, sugiriendo que podrían estar detrás de estos actos.

La manifestación, cuyo objetivo declarado era impedir un homenaje que ya había sido realizado días antes en el Congreso del Estado, evidenció cierta desinformación. Entre los carteles que portaban los manifestantes se encontraban imágenes de la activista Nadia Vera y del fotoperiodista Rubén Espinosa, asesinados en 2015 en la colonia Narvarte, en la Ciudad de México, cinco años después de que Fidel Herrera concluyera su mandato como gobernador.

Otro elemento que llamó la atención fue el uso de una imagen del exgobernador sosteniendo un rifle —obra del ilustrador Miguel Carmona— acompañada del mensaje “Muerte al racismo”, sin considerar que Fidel Herrera era afroveracruzano y que, al menos en términos de origen, su carrera política contradice dicha acusación.

Una vez pasada la jornada de vandalismo, comienza ahora la etapa de evaluación de daños para empresarios y autoridades. Toca borrar pintas, reparar cristales y esperar la próxima aparición de este grupo radical.

La tensión estuvo a punto de causar un enfrentamiento con la fuerza pública, por lo que antes de que llegara a suceder, sería pertinente que la Fiscalía investigara quiénes están detrás de estas acciones y cuáles son los intereses que las motivan, aunque sabemos que exigirle algo a una Fiscalía obsoleta es, en estos tiempos, pedir demasiado.