LA ONU Y SU DECLARACIÓN CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES: UN PASO HISTÓRICO HACIA LA IGUALDAD Y LA DIGNIDAD

Un 20 de diciembre como el día de ayer, pero de 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó un hito crucial en la lucha por los derechos de las mujeres: la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Este documento marcó un momento histórico, reconociendo la violencia de género como una violación fundamental de los derechos humanos y estableciendo un marco para combatir esta problemática que afecta a millones de mujeres en todo el mundo.

EL CONTEXTO Y SU IMPORTANCIA
La Declaración surgió como respuesta a la necesidad de una acción coordinada y efectiva frente a la violencia física, sexual y psicológica que sufren las mujeres en todos los ámbitos, desde el hogar hasta la esfera pública. Basada en principios consagrados en instrumentos internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, este documento complementa y refuerza el compromiso global con la igualdad y la justicia.

La Asamblea General reconoció que la violencia de género es una manifestación de relaciones históricamente desiguales entre hombres y mujeres, perpetuadas por estructuras sociales y culturales que normalizan la discriminación. Este tipo de violencia no solo atenta contra la integridad de las mujeres, sino que también constituye un obstáculo para el desarrollo, la paz y el progreso social.

DEFINICIÓN Y ACCIONES CLAVE
La Declaración define la violencia contra la mujer como "todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico". Este concepto incluye actos perpetrados tanto en el ámbito privado como en el público, desde el maltrato doméstico y la mutilación genital femenina hasta el acoso sexual en el trabajo y la trata de personas.

El documento establece que los Estados deben:
Condenar y prevenir la violencia mediante sanciones penales, civiles y administrativas para castigar a los agresores y proteger a las víctimas.
Sensibilizar y educar a través de la promoción de cambios culturales y sociales que eliminen prejuicios de género y comportamientos estereotipados.
Garantizar asistencia integral mediante servicios de rehabilitación, asesoramiento y refugios seguros para las mujeres afectadas.
Promover la investigación para recopilar datos sobre las causas y consecuencias de la violencia de género, así como evaluar la eficacia de las medidas adoptadas.

UN LEGADO VIGENTE
La Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer sigue siendo una guía para gobiernos, organizaciones internacionales y movimientos sociales. Ha inspirado campañas globales, políticas públicas y legislaciones nacionales destinadas a erradicar este flagelo.

Sin embargo, el desafío persiste. La violencia contra las mujeres sigue siendo una realidad generalizada, especialmente en contextos de conflicto, pobreza y discriminación múltiple. La Declaración recuerda al mundo que la igualdad y la dignidad de las mujeres no son solo aspiraciones, sino derechos inalienables que demandan acción inmediata y sostenida.

En este día, la ONU reafirma su compromiso con la eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres, llamando a todos los sectores de la sociedad a unirse en esta causa esencial para construir un mundo más justo y humano.