Revista el Tlacuilo
REDACCIÓN / 2024-02-16
14 de febrero, 2024 (Crónica Gamaliel Velazco | Revista el Tlacuilo).- Caminar a la orilla del mar es una experiencia única, un privilegio que no todos tienen la fortuna de experimentar. Aquellos que hemos tenido la oportunidad de vivir esos momentos los atesoramos en nuestra memoria. Incluso las personas que residen en ciudades costeras, como es el caso del estado de Veracruz, encuentran razones frecuentes para admirar el mar.
Este martes, tuve la dicha de caminar a lo largo de la playa del Puerto de Veracruz durante un extenso tramo. La energía que desayunar un volován con la inconfundible sazón jarocho impulsa a disfrutar del paisaje marino.
Durante la caminata, observé a niños acompañados por sus padres, notándose particularmente felices. Al pasar cerca de la Escuela Náutica Mercante, distinguí grupos de jóvenes estudiantes que se dirigían claramente hacia el Acuario del Puerto de Veracruz, hoy Aquarium. La alegría era palpable en los rostros de los más pequeños, quienes iban de la mano de sus padres, así como en los bachilleres y universitarios que caminaban en grupos. Todos irradiaban felicidad, pero dos aspectos llamaron mi atención: cuanto más pequeños, más emocionados parecían, y al regresar a sus transportes se mostraban aún más contentos que cuando se dirigían hacia el acuario.
Los grupos se congregaron cerca del recinto, se tomaron fotos al entrar y, con gran expectación, se prepararon para ingresar. La atmósfera en todo el lugar era festiva y emocionante. El personal del Aquarium, con la cortesía característica de los veracruzanos, compartió información valiosa. La entrada fue gratuita para todos los visitantes, como sucede cada segundo martes de cada mes; este martes se esperaba la visita de alrededor de 7,500 personas de todo el estado.
Un aspecto interesante es que el Acuario está bajo la responsabilidad de la Procuraduría Estatal de Protección al Medio Ambiente, lo que ha permitido darle un enfoque de preservación y cuidado del entorno. Se busca sensibilizar a los niños sobre la importancia de la educación ambiental. En este contexto, se promueve el Festival Ecológico Ambientón, una iniciativa que abarca más de una semana e incluye diversas actividades, desde la recolección de residuos hasta conferencias ambientales. El evento concluirá con la reinauguración del Acuario de Veracruz y un baile de clausura con bandas invitadas, programado del 19 al 29 de febrero.
Es motivo de orgullo recuperar un espacio para los veracruzanos. Ver a niños, jóvenes y familias disfrutando del Acuario hizo que una visita que he realizado desde mi infancia se convirtiera en una experiencia particularmente enriquecedora.
Fue ver la autenticidad de la felicidad expresada por los niños, quienes no conocen la falsedad, esa visita, estoy seguro, tendrá un impacto positivo en sus vidas. Las futuras generaciones serán las encargadas de reparar el daño al entorno, y este es un paso positivo que veremos dar frutos en los años venideros.
“Regresar al pueblo lo que de él es”, parecería una frase, pero vivirlo de esta manera toma otro sentido, cuando un grupo de niños y jóvenes toma de manera libre y festiva lo que es suyo y estaba en otras manos, es toda una experiencia.
No podemos omitir los contrastes que se observan recorriendo la costera, la vida muestra una gran diferencia entre la belleza del paisaje, la alegría de los visitantes y el descuido de muchos espacios, lo observé a lo largo de mi recorrido desde el malecón hasta el Aquarium.
Lamentablemente, el contraste también incluye la falta de botes de basura, intervenciones urbanas desatendidas y espacios que no armonizan con la belleza natural del Puerto de Veracruz.
Es esencial brindar a locales y visitantes lugares que reflejen la riqueza de esta región y respeten la importancia del entorno marino, es una responsabilidad que no se ha cumplido a cabalidad.