(Revista el Tlacuilo).- La disputa por el Gobierno de Nuevo León ha resultado telenovelesco; el gobernador del Estado, Samuel García, vio fácil abandonar el cargo y dejar al Secretario de Gobierno como “Gobernador carnal”; pero con lo que no contaba es con que el Congreso estatal es de mayoría priista y panista, e impediría la llegada de su gobernador interino. Después de jaloneos legales en los que un día la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) daba la razón al Congreso y luego se la otorgaba a Samuel, en definitiva y de último minuto, la corte inclinó la balanza a favor de los legisladores y ordenó la designación de Luis Enrique Orozco como gobernador.

Muy contento, triunfador y empoderado llegó don “Güicho Quique” hasta Palacio de Gobierno de Monterrey, para tomar posesión del cargo; pero nunca lo dejaron llegar a la silla, pues el ex vicefiscal permaneció solo unos minutos dentro de Palacio y salió a dar un mensaje a los periodistas que le esperaban en la puerta, en el que informaba de la resolución de la Corte que lo avalaba como gobernador interino y quejándose de que le impedían el paso a “su” oficina.
Mientras hablaba Güicho, el secretario de Gobierno, Javier Navarro (al que el Congreso le hizo fuchi), salió acompañado de elementos de la Fuerza Civil para interrumpirlo y anunciar: “¡Córtale mi chavo! Samuel García vuelve a ser el gobernador de Nuevo León”.

“Quiero que me hagan entrega de la administración, soy el gobernador interino” respondía el mandatario sustituto. Pero por respuesta le dijeron en su carota: “El gobernador está reasumiendo el cargo, aquí está el documento. Reasume funciones como gobernador constitucional electo”.

El regreso de Samuel García Sepúlveda ya había sido publicado en el diario oficial de Nuevo León por lo que era un hecho que seguía siendo el mandamás Samuel, así que don Güicho era legalmente echado fuera de Palacio, con todo y chivas, custodiado por la policía.

Samuel García ha decidido permanecer en el cargo para intentar cerrar la crisis política que generó en las últimas semanas con su salida del Gobierno para buscar la candidatura a la presidencia de su partido, Movimiento Ciudadano. Estaba previsto que García tomara una licencia a partir del primer minuto de este sábado, sin embargo, a pesar de que Samuel dice que puede resolver los problemas de México, no pudo resolver su problema político doméstico.

Después de haber fungido como “paracaidista” para tomar su propia oficina, García Sepúlveda se retiró por la puerta trasera del Palacio de Gobierno en punto de las dos de la mañana. Con un semblante desencajado y tratando de evadir a la prensa. “Reasumimos funciones” fue su única declaración.

Es obvio que con esto se frustra su aspiración de ser candidato a la presidencia de México, pero la pregunta es: “¿qué oculta Samuel en la administración de su Gobierno que prefirió salirse del 2024 con tal de que su oposición no le revise las finanzas?”