La señora Lobeira de Yunes dio a conocer que notificarán a los dueños de inmuebles deteriorados del Centro Histórico del Puerto, para que los rehabiliten, esto en base al nuevo reglamento del Centro de la ciudad de Veracruz; de no hacerlo así, serían sancionados con multas que fluctuaran entre los 10 mil a los 10 millones de pesos.

La medida parece de relumbrón, o al menos está mal redactada, pues todo se concentra en enchular los 500 edificios abandonados y no en atacar el problema de raíz, que son los daños estructurales de muchos de ellos, con lo que se corre el riesgo de que, aplicando la maña los dueños solamente pinten las fachadas y los riesgos de derrumbes continúen, siendo que corregir las cimentaciones tendría que ser la prioridad.

El nuevo reglamento, al menos en la mesa, carece de un estudio oficial de las estructuras, pues muchas de ellas requieren demolición y no una maquilladita.

Por otro lado, suena sospechoso que el asunto se “arregle” con dinero, porque las multotas más que encaminadas a corregir un problema parecen tener el único objetivo de capitalizarse para algo, pues si en el transcurso de un año se aplican multas de a millón de pesos por inmueble, serían 500 millones casi libres de fiscalización.

En fin, la nueva ley municipal es mocha, represiva y sospechosamente muy, muy conveniente.