Este domingo se lleva a cabo en distintos puntos del país la marcha anunciada para “defender al INE” y descalificar las reformas electorales aprobadas; las manifestaciones transcurren de manera pacífica.
Los oradores argumentan que esta ley es el preámbulo de un fraude electoral, mientras quienes están en el poder la consideran un movimiento político de oposición con un pretexto en común.

A final de cuentas se trata de un ejercicio interesante que muestra que la sociedad civil y los partidos políticos están llegando a acuerdos, bueno para ellos; sin embargo los manifestantes (ni de aquí ni de alla) no representan demasiado en los números globales, porque la elección presidencial no se ganará con miles de votos, se requerirán más de 30 millones 11 mil sufragios, que fueron con los que ganó el actual presidente; en Veracruz más de 2 millones la presidencial y 1 millón 600 la gubernatura; cifras muy alejadas de los números de “marchantes”.

Este ejercicio es boxeo de sombra, se trata de mostrar músculo y de crear percepciones, coincidimos en que el INE es un pretexto común que justifica una lucha válida, pero muy chabacana todavía.

Llamaron la atención mantas de García Luna, colocadas en varios puntos donde se llevaban a cabo las marchas; la más grande de ellas fue colgada en los edificios de un costado del Zócalo, bajo el texto: “#GarcíaLunaNoSeToca”; en clara alusión a que el PAN podría estar molesto por ese motivo; la gigantesca lona fue rota y retirada por los manifestantes.

Ya pasado el show político vendrá el espectáculo deportivo con el juego de la selección sub-17; en fin, un domingo con mucho que ver.