Revista el Tlacuilo
REDACCIÓN / 2023-02-15
Raquel Welch, uno de los símbolos de la belleza más internacionales de Hollywood, ha fallecido este miércoles a los 82 años, ha confirmado su agente a la agencia AFP. La actriz, que fue conocida durante su carrera con el apodo de El cuerpo, saltó a la fama a la mitad de los años sesenta gracias a películas que la convirtieron en un símbolo sexual en todo el mundo. Welch, de orígenes bolivianos, murió después de sufrir “una breve enfermedad”, aseguraron sus familiares al medio de espectáculos TMZ, el primero en dar a conocer la noticia.
A pesar de tener más de 30 películas y medio centenar de programas de televisión en su filmografía, Welch se hizo famosa por la película Hace un millón de años, estrenada en 1966. La actriz actuó en aquella producción británica como una cavernícola que lucía un pequeño biquini color beige. Su aparición en aquella cinta de fantasía dirigida por Don Chaffey se convirtió durante décadas en una icónica imagen que robó suspiros a los espectadores. Supuso también el nacimiento de la chica pinup, un fotograma tomado en Tenerife, donde había sido rodada la película, la transformó en un producto cultural, colgando de las paredes en las recámaras de adolescentes de todo el mundo. La legendaria pose también tiene una aparición estelar en Sueño de fuga, el éxito de Frank Darabont de 1994.
Aquel filme la lanzó a la fama. “Cuando miro atrás lo único que pienso es: ¿acaso no fui solo una chica con mucha suerte que se tropezó con unas circunstancias disparatadas?”, confesó hace algunos años en una conversación con Los Ángeles Times en la que repasó su carrera. Antes de convertirse en el póster de una de las actrices más reconocidas de Hollywood, la actriz había aparecido desde 1964 en algunos programas televisivos con papeles sin importancia y apenas con diálogos. Uno de estos fue Roustabout, protagonizado por Elvis Presley y en el que no tuvo apenas presencia.
Aquel año, 1966, Welch apareció en otra película que la ayudó a cimentar su paso por Hollywood. Se trata de Fantastic Voyage (Viaje alucinante), dirigida por Richard Fleischer, el director que se había hecho un nombre llevando a la pantalla épicas aventuras como 20.000 leguas de viaje submarino y, años después, Soylent Green. En la cinta, ganadora de dos Oscar, un científico logra reducir el tamaño de un submarino con su tripulación para ser inyectado en su torrente sanguíneo con la misión de salvarle la vida. Secuencias de la película fueron utilizadas durante décadas como introducción a la anatomía humana en las escuelas. Welch interpretaba a la asistente del científico.
Jo-Raquel Tejada, el nombre real de Welch, había nacido en Chicago en 1940. Su madre, Josephine Sarah, era estadounidense, empleada de una fábrica de la industria aeronáutica. Su padre, Armand, un ingeniero de estructuras, era de Bolivia. La actriz siempre se sintió orgullosa de sus orígenes latinos. En 2002, en el que fue su primer viaje al país sudamericano de sus raíces, recibió un premio por su trayectoria y visitó a algunos familiares. “Siempre había existido en mi corazón la intención de venir y ahora que vine estoy feliz”, dijo en la ciudad de Santa Cruz.
La actriz, quien además de ser conocida por tener una silueta perfecta tenía un rostro muy fotogénico, reconoció a The New York Times que uno de los primeros consejos tempranos que recibió fue evitar explotar su lado latino. Esto, según le dijeron, para no encasillarse en la industria. Entonces, Hollywood no era el mejor sitio para subrayar la diversidad. Así que por mucho tiempo Welch evitó este tipo de papeles. Sin embargo, esto le provocó un “vacío”, según confesó al diario estadounidense en 2002. En los últimos años de su trayectoria, la actriz corrigió el rumbo y encarnó a varias latinas en televisión. En 2017, en el que fue uno de sus últimos trabajos, participó en la comedia How to be a Latin Lover, junto al mexicano Eugenio Derbez.
Welch llegó junto a su familia a California cuando tenía dos años. Vivió su infancia en La Jolla, una comunidad que forma parte de San Diego, al sur del Estado. Allí estudió ballet clásico y fue una de las animadoras de su escuela. También había protagonizado algunas obras de teatro escolares. Sus padres se divorciaron cuando cursaba el instituto. A finales de los años cincuenta, ganó un concurso de belleza local que tuvo unas 150 participantes. En enero de 1959, con 19 años, se casó con James Welch, un pescador de atún que salía a la mar durante largos periodos. El matrimonio duró poco. En 1961, con dos hijos, Welch dejó a su marido y buscó suerte como actriz.
A la intérprete le bastó una prueba de cámara para obtener un contrato con los estudios 20th Century Fox. Welch apareció como el interés romántico de James Coburn en una cinta de espías que se basaba en James Bond. Finalmente, no obtuvo el papel, pero su presencia ante la cámara fue suficiente para catapultar su trayectoria, que la llevó a aparecer en los siguientes títulos: Seinfeld, Hechizada, Los tres mosqueteros y Legalmente rubia.
La actriz admitió hace algunos años que la fama de símbolo sexual le llegó de manera sorpresiva. “Eso no es para nada quien realmente soy”, dijo a Los Ángeles Times. Desde su perspectiva, las mujeres que llevó a la pantalla en épicas fantasías tenían rasgos de mujeres valientes, casi heroínas. Aunque casi todas aparecieran frente a la cámara en paños menores o vestidos entallados. Con 75 años, reflexionó: “Quizá fue cómo el destino lo tenía planeado para que pudiera estar a bordo. De otra forma, siendo una madre joven, tendría que haber esperado mucho para conseguir un maravilloso papel que quizá se les habrían dado a actrices más consolidadas. Y de haber sido así, no hubiera tenido ninguna carrera”.
(FUENTE | EL PAÍS)