Aunque usted no lo crea, pero el impulso que han dado los órganos electorales a través de las acciones afirmativas que buscan la no discriminación de los grupos vulnerables han servido para que algunos vivales tomen un atajo para lograr escaños que quizás de otra maneja no habrían logrado jamás de los jamases; es el caso de algunos hombres que respaldan candidaturas de mujeres y se ubican ellos como suplentes, para después, ya lograda la curul, alcaldía o lo que sea, las mujeres renuncien y sean ellos quienes ejerzan el poder desde un escaño que no les correspondía; fenómeno conocido como “las Juanitas”, en alusión al célebre Juanito de Iztapalapa.

Pero también existen quienes se disfrazan como parte de la comunidad LGBTTTI para que colgados de esa bandera puedan obtener privilegios que de otra forma nunca tendrían, pero que incluso los integrantes de esas comunidades los descalifican como parte de ellos; ha sucedido ya varias veces e incluso podría ser el caso del diputade del Congreso de Veracruz, Gonzalo Durán “Chinkunnguya”; pues llama mucho la atención que las asociaciones que pugnan por sus derechos recurran más al diputado del PT Ramón Díaz Ávila que a él; desconcierta también la tendencia del diputade “Chinkunnguya” de disfrazarse con ropas llamativas y decorar su curul con banderitas de arcoíris y esas cosas; lo cual sería innecesario si realmente estuviera defendiendo a la Comunidad desde el curul que se agenció enredándose en esa bandera; “querer mostrar que se es, termina siendo porque no se es”.

Pero bueno, este tipo de casos ha llevado a que dentro de las reformas electorales se estén revisando las “acciones afirmativas”, con la finalidad de cerrarles el paso a este tipo de vivales.

Apunte: Como dato extra, ha trascendido que el trato que el diputade da a su equipo de colaboradores es déspota y ha llegado incluso a las agresiones físicas… ¡Que personaje!... a menos que sea chisme.