El grupo al que obedece el presidente de Comité Directivo Estatal del PAN, Federico Salomón Molina, son depredadores; parte de su personalidad es el desprecio hacia quienes no son sus incondicionales y la voracidad por hacer suyo cualquier empleo que les signifique tener a sus aliados recibiendo un sueldo, mismo que los obligue a ser sus incondicionales. Así ha sucedido en las nóminas públicas a donde llegan, las han saturado de neopanistas a los que incluso han dejado sembrados, basificandolos para que aún después de su paso puedan seguir cobrando; desde luego dejándoles en claro que, a ellos, y solo a ellos se la deben.

El PAN Veracruz no es la excepción, a la llegada de Salomoncho lo primero que hizo fue despedir injustificadamente empleados para abrirles paso a quienes ahora se ocupan de trabajar en favor de un grupo y no de un partido.

La acción tiránica le costó 80 demandas laborales, mientras que su intento por sacar a más trabajadores le tiene en puerta otras 30; incluso se habla que no ha querido reinstalar a quienes ya ganaron las demandas, lo que podría costarle una inhabilitación.

La estrategia de desgaste para doblegar a quienes aún quedan de anteriores presidencias ha sido reteniéndoles el sueldo, hay trabajadores que no cobran su quincena desde el mes de agosto del año pasado y la mayoría llevan más de un mes sin cobrar; ahora, los trabajadores aseguran que les condicionan el cobro de su salario atrasado con la firma de su renuncia.

Pero cuando el perro es bravo hasta los de casa muerde, y la última agresión laboral a los trabajadores del edificio de Zamora es reducirles a la mitad (50%) sus salarios; a todos, menos a la plutocracia de esta presidencia.

Tal como se veía venir, los Salomonchos están depredando las arcas del Comité Directivo de Veracruz; pues quienes están por encima del “presidente” del partido, sus patrones, no tienen llenadera y le quitan hasta al que menos tiene, sin importarles que muchos de ellos son militantes que han mostrado la lealtad al PAN durante años y más años; pero ahora solamente significan un estorbo para ellos, y así se los hacen sentir.