Por lo visto en las filas panistas ya pasaron los tiempos en que “para ser había que parecer”; por lo menos así sucede con Tito Delfín Cano, quien llegó de “colado” al Congreso de Veracruz, más solitario que el Llanero Solitario, que al menos trae un apache que lo acompaña; pero Tito no, ni las moscas lo rodearon. Tuvo que tomar su teléfono y hacerse guaje porque nadie pero nadie se le acercaba; ni la prensa, ni la clase política ni sus homólogos militantes del PAN.

Pero según los sueños febriles de los pocos azules que aún extrañan los apapachos de Palacio, el señor Delfín Cano será el ganador en la contienda interna por la presidencia del PAN, que jugará contra Joaquín Guzmán Avilés.

Lanzar a Tito Delfín como su candidato es el equivalente a postular a Paquita la del Barrio al premio de “Miss simpatía”, ya que el adusto personaje que intenta liderar al PAN posee la gracia de un elefante bailando ballet clásico… y puede que el elefante tenga más gracia.

Sabemos que en Veracruz un puñado de panistas sueñan con que llegando su “Delfín” a la silla embrujada de la calle de Zamora, su camino cuesta abajo se detendrá, pero no vemos factible el triunfo si Tito trae el respaldo que mostró al deambular por el Congreso de Veracruz, si es así, tenga usted por seguro que el grupúsculo que lo está candidateando se van a quedar con las ganas de que les llegue su segundo aire.