Entre este viernes y el sábado se espera en nuestra entidad el arribo de una caravana de 800 migrantes procedentes de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua. “Venían mil pero se regresaron 200 por las condiciones climáticas adversas”, dijo Carlos Enrique Escalante, director de Atención a Migrantes del gobierno de Veracruz, quien agregó que tienen instrucciones de dejar pasar a la caravana.

El funcionario indicó que México tiene firmado un tratado internacional con los gobiernos de esos cuatro países que consiste en que en caso de localizar migrantes de forma ilegal, el Instituto Nacional de Migración (INM) los detiene y en un proceso de 24 o 36 horas, son enviados de regreso a su país, preservando en todo momento sus derechos humanos.

Dijo que las instrucciones del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez son las de brindar el apoyo a los migrantes con la secretaría de Salud, Protección Civil, la Fiscalía General del Estado y el Sistema DIF estatal.

Los migrantes, cuyo recorrido ha sido lento y penoso, tienen como punto de llegada la Ciudad de México para de ahí seguir su periplo rumbo a la frontera norte de nuestro país ya que su destino final es Estados Unidos.

Pero al llegar a las ciudades fronterizas como Tijuana o Reynosa, se topan con un muro muy elevado: el de la negación del gobierno norteamericano a aceptarlos. En primer lugar por la pandemia y en segundo porque los papeles migratorios son muy tardados. Se calcula que al mes sólo pasan hacia territorio norteamericano dos o tres de cada 100 indocumentados.

Mientras la pobreza, el hambre y la violencia continúen en Centroamérica y el Caribe continuarán las caravanas por nuestro territorio. El problema es que aquí poco tenemos para ofrecerles.