Alguien dijo y con mucha razón que al mundo lo están acabando prácticamente desde que nació. Y es verdad. A lo largo de la historia ha habido científicos, profetas y brujos que han pronosticado el inminente fin del mundo y con él el fin de la humanidad. Y el mundo sigue en su lugar.

Pero las cosas han cambiado de manera radical. Por principio de cuentas el mundo ya tiene fecha de caducidad y se acabará dentro de 4 mil millones de años cuando un hoyo negro se engulla a la Vía Láctea. Esto según todos los estudios astronómicos.

Pero lo que va a suceder en breve es que se va a inundar. ¿Cuándo? En 100 o 150 años, es decir, muy pronto.

Las consecuencias del calentamiento global podrían ser irreversibles y alterar la vida en la tierra como la conocemos, sobre todo si los polos se siguen derritiendo. Esto no lo dice ningún brujo sino experimentados científicos que acaban de entregar un informe sobre el tema a la ONU.

Si la temperatura global sigue subiendo como hasta ahora y llega a alcanzar entre los 2.8 y 4.6 grados Celsius, para las dos últimas décadas de este siglo los principales destinos de playa en México, desaparecerán en 100 o 150 años tragados por el mar. Y lo mismo sucederá con las ciudades costeras del resto del mundo.

Muy lamentable será que nuestro país aparezca en el mapa más angosto de lo que es, sin ciudades como Tampico, Tuxpan, Veracruz, Coatzacoalcos, Villahermosa, Cancún, Salina Cruz, Acapulco, Puerto Vallarta, Los Cabos y la Paz, sólo por mencionar algunas, que colindan con el mar y están condenadas a ser devoradas por éste.

Y todo por la desidia, dejadez e irresponsabilidad del ser humano con la Tierra, planeta que le ha dado todo y del que tanto ha abusado.