Carlos Aguirre Morales es un egresado de la facultad de contaduría de la UV con maestría en Administración Pública por el IPN. Su carrera en el sector público comenzó desde muy joven en 1983, cuando fue nombrado analista del departamento de facturación en la CMAS de Xalapa y terminó en el sexenio de Javier Duarte como Subsecretario de Egresos de la Sefiplan.

Aguirre Morales fue un funcionario de bajo perfil, es decir, jamás aspiró a ser alcalde, diputado, senador y mucho menos gobernador. Y ni falta que le hizo. Se dio vuelo metiendo la mano al cajón del erario lo que le permitió darse vida de sultán y satisfacer sus caprichitos, como comprar un palco familiar en el estadio Santiago Bernabéu para ver en vivo los partidos del Real Madrid.

“Muy a la callada y con mucho sigilo, pero el tipo robó a manos llenas”, se comenta. Y debe ser. En abril del 2017 estuvo a punto de ser aprehendido por la fiscalía de Miguel Ángel Yunes, pero alguien le dio el pitazo y huyó. Aunque no por mucho tiempo.

De alguna manera el largo brazo de la justicia lo alcanzó, pero se ha estado defendiendo mediante abogados aunque con poco éxito.

El pasado 26 de mayo el Tribunal Federal de Justicia Administrativa le ordenó pagar mil 67 millones de pesos como indemnización por el daño causado a la Hacienda Pública Federal durante el gobierno de Duarte. Pero eso no es todo. En el mes de marzo, el mismo Tribunal lo condenó a pagar 701 millones 529 mil pesos por el mismo delito, con lo que deberá desembolsar casi 2 mil millones de pesos.

Caray, y pensar que hay quienes no duermen nomás porque deben cuatro meses de renta.