La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), emitió una resolución que echa atrás la Reforma Electoral impulsada desde una importante oficina de Palacio.

Eso significa que la contienda del próximo año se jugará con las reglas existentes, incluyendo en lo económico porque Sefiplan tendrá que devolver a los partidos el porcentaje que desde hace varios meses le mochó a las prerrogativas, debido a que la resolución mandata restituir las ministraciones económicas de agosto a diciembre de 2020 a los partidos políticos; eso sí, seguramente se las harán cansada.

El truco legal para que se echara atrás la Reforma de Cisneros fueron los cabos sueltos, principalmente la indefensión en que dejaba al sector indígena para sufragar su voto.

Aiga sido como aiga sido, algún estratega falló estrepitosamente al “coneccionar” esa ley; eso pasa por omitir el trabajo fino y hacer las cirugías políticas con hacha en lugar de con bisturí.

Lo que sí hay que destacar de los partidos de oposición, ahora felices y billetudos, es que aguantaron vara en medio de la escases; y en casos como el PRI en lugar de menguar continuaron conformando su estructura y haciendo política, eso sí, se fajaron el cinturón y recortaron gastos; así que ahora “lo que pudo ser tragedia resultó ser vacilón”, porque el dinero mochado terminó siendo un ahorro bien resguardadito en las arcas de Sefiplan; no fue una pérdida.