JAIME SABINES: EL VIAJE A LA PALABRA Y LA CURACIÓN IMPOSIBLE
Nacional: Jaime Sabines / Gamaliel Velazco

Gamaliel Velazco
/ 2024-11-13

JAIME SABINES: EL VIAJE A LA PALABRA Y LA CURACIÓN IMPOSIBLE

Jaime Sabines, el poeta que trajo la voz profunda y sincera de Chiapas al panorama literario mexicano, impactó con sus palabras al tratar temas de amor, desamor y muerte de manera directa. Desde su llegada a la Ciudad de México, Sabines causó revuelo en la prensa, que encontraba en él a un escritor distinto, sin adornos ni pretensiones. Sabines no se esforzaba en impresionar; sus entrevistas eran como sus versos: espontáneas, emotivas, llenas de vida y verdad. La prensa intentaba descifrar la esencia de este poeta que, en lugar de las fórmulas literarias tradicionales, optaba por tocar el alma humana con una crudeza impactante.

Uno de sus textos más destacados es “Espero curarme de ti,” un poema donde Sabines busca desprenderse de un amor dañino, similar a una adicción. La obra es una representación del dolor y la esperanza de dejar atrás un sentimiento que sigue consumiéndolo, un esfuerzo tan real como desgarrador, donde la posibilidad de curarse parece una fantasía. El poema explora temas universales del desamor y la autoexigencia, mostrando la valentía de Sabines al exponer sus propias heridas.

La primera línea marca el tono de todo el poema: "Espero curarme de ti en unos días". Este verso refleja el intento desesperado de desintoxicarse de una presencia que ha dejado una huella profunda. Entre metáforas de fuego y silencio, Sabines describe un proceso de liberación, a veces resignado, a veces irónico. Las palabras "Una semana más para reunir todo el amor del tiempo" capturan la intensidad de quien intenta dejar ir lo imposible de olvidar.

Así, Jaime Sabines convierte su experiencia en una conexión íntima con sus lectores. “Espero curarme de ti” nos recuerda que el dolor del amor perdido es, en ocasiones, una herida que se lleva para siempre.

Poema:

Espero curarme de ti
Poema original:
Espero curarme de ti en unos días.
Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno.
Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana?
No es mucho, ni es poco, es bastante.
En una semana se puede reunir todas las palabras de amor
que se han pronunciado sobre la tierra
y se les puede prender fuego.
Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado.
Y también el silencio. Porque las mejores palabras de amor
están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral
y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero
cuando digo: “qué calor hace”, “dame agua”,
“¿sabes manejar?”, “se hizo de noche”.
Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías,
te he dicho “ya es tarde”, y tú sabías que decía “te quiero”).
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo.
Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras:
guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura.
No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana
para entender las cosas. Porque esto es muy parecido
a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón