Agustín Hernández Navarro legó a las nuevas generaciones diseños inolvidables y audaces
Nacional: Agustín Hernández Navarro legó a las nuevas generaciones diseños inolvidables y audaces / Gamaliel Velazco
Su labor como arquitecto y docente ha sido expuesta, publicada y comentada en medios nacionales y extranjeros

Gamaliel Velazco
/ 2022-11-11

Agustín Hernández Navarro legó a las nuevas generaciones diseños inolvidables y audaces

Su labor como arquitecto y docente ha sido expuesta, publicada y comentada en medios nacionales y extranjeros


La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) lamentan el deceso de Agustín Hernández Navarro, arquitecto reconocido por llevar a cabo una importante revaloración de la cultura mexicana a partir de un lenguaje personal que contribuyó en una relación absoluta de arquitectura, patrimonio e identidad.

Reconocido por su amplia trayectoria con la Medalla Bellas Artes, máximo galardón otorgado por el Inbal el 2 de diciembre de 2019, Hernández Navarro se formó en la Academia de San Carlos en una época en la cual la enseñanza de la arquitectura era rígida, basada en retículas cuadradas; no obstante, su evolución como arquitecto se basó en lo desconocido y la sorpresa misma de lo novedoso; eso originó que su obra fuera considerada “escultórica” por varios especialistas, debido a sus diseños inolvidables y audaces. Su labor como arquitecto y docente ha sido expuesta, publicada y comentada en medios nacionales e internacionales.

Obras representativas marcaron su trayectoria, como la Escuela de Ballet Folklórico (1968), el Pabellón Mexicano de la Expo 70 de Osaka, Japón (1970), el Taller de Arquitectura, México (1970), el Heroico Colegio Militar (1976), el Centro de Meditación de Cuernavaca, Morelos (1984), la Casa en el Aire en Bosque de las Lomas (1991), el Centro Corporativo Calakmul en Santa Fe (1994) y el Monumento al Ejército Mexicano conmemorativo al centenario de su fundación (2015).

En su obra se percibe una inspiración en el pasado a través de construcciones modernas en las que simbolismos con formas entre glifos e imágenes prehispánicas dan como resultado una arquitectura con un profundo sentimiento espiritual y espectaculares ardides tecnológicos. Esta filosofía lo ha llevó a proyectar inmuebles monumentales, como el Colegio Militar, inspirado en las zonas arqueológicas de Monte Albán y Teotihuacan.

Agustín Hernández no solo sostuvo esa visión de desmarcarse de las tendencias dominantes de la arquitectura y buscar en sus propias raíces de memoria prehispánica un sentido de contemporaneidad, sino que además dejó una arquitectura que tiene emoción y llena de orgullo.