JUCHIQUE DE FERRER: EMPIEZAN A DESTAPARSE LAS TROPELÍAS DE CRUZ CUEVAS
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Adeuda 114 mil pesos en ataúdes fiados

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INFORMACIÓN | Revista el Tlacuilo / 2025-12-08

Xalapa, Ver. | 8 de diciembre de 2025.- En el caso del alcalde saliente de Juchique de Ferrer aplica bien aquello de “quedar bien con sombrero ajeno”, y es que durante su gestión estuvo regalando ataúdes a los pobladores que, después de la tragedia de perder a un familiar, no tienen recursos para cubrir los gastos funerarios; eso de ayudarles suena bonito y altruista; lo malo es que los ataúdes eran fiados y ahora se niega a pagarlos.

La señora Laura Ramírez González acudió este lunes a Xalapa para denunciar públicamente que el actual presidente municipal de Juchique de Ferrer, Cruz Cuevas Hernández, le adeuda 114 mil pesos por la compra de ataúdes, deuda que —aseguró— mantiene desde hace más de dos años y que hoy pone en riesgo su principal herramienta de trabajo: una camioneta Frontier modelo 2016 adaptada como carroza para el traslado de féretros.

Ramírez González relató que no son funeraria, sino intermediarios: ella y su esposo trabajan con una fábrica de ataúdes en México, la cual les entrega los ataúdes contra la firma de pagarés y ahora pretende cobrarse con el patrimonio de la pareja, solo por haber creído en la palabra del alcalde; aunque hasta donde se sabe, don Cuevas lo único que cumple son años, porque su palabra nunca.

El problema, dijo, es que la falta de pago del alcalde los ha dejado en una situación límite: según la denunciante, el edil les comentaba que le fiaran porque buscaba volver a postularse más adelante para ser nuevamente alcalde; por eso regalaba los ataúdes fiados. La denunciante subrayó que conserva mensajes y audios donde Cuevas le pide paciencia y promete pagarle; sin embargo, a escasos días de que concluya su administración no observa intenciones de pago.

En la denuncia pública se muestra una faceta de Cruz Cuevas muy conocida en la zona y que podría dar mucho de qué hablar una vez que deje el cargo:

“Siempre lo veíamos con guaruras y nos daba miedo. Nunca le exigimos con violencia, ni le gritamos. Siempre fue suplicar que nos pagara. Pero ya se va, y yo no puedo quedarme con este problema”, dijo.

Esto apenas es la punta del iceberg, porque el munícipe está dejando un cochinero por todos lados; el muchacho no tiene nada que ver con el espíritu de servicio de su hermano, por quien ganó la alcaldía debido al cariño que le tiene la gente a Ernesto; ya que los pobladores creyeron que tendrían en él a otro “Gallo Bolo”, pero les salió un “Pollo Loco”.