Redacción.- Durante una transmisión de Milenio, se sugirió que el tema de los supuestos estudiantes desaparecidos era una maniobra política en contra del rector de la Universidad Veracruzana (UV). Discrepamos. Coincidimos, eso sí, en que, si realmente existieran 190 alumnos desaparecidos, las calles estarían llenas de familias exigiendo su localización; algo así sería imposible de ocultar.

Una evidencia más de la falsedad de esa cifra es el propio Plan de acción emergente emitido por la Universidad Veracruzana ante las severas afectaciones por inundaciones en la región Poza Rica–Tuxpan. En dicho documento oficial se convoca a los estudiantes a colaborar en las labores de auxilio a la población afectada, pero no se hace mención alguna sobre personas no localizadas o desaparecidas.

Nuestra lectura es distinta: no se trata de una campaña contra el rector Martín Aguilar Sánchez, sino de una cortina de humo creada por él mismo para desviar la atención de su falta de liderazgo durante la emergencia.

Vecinos de Poza Rica han confirmado lo sucedido: mientras la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) suspendió clases por seguridad, la rectoría de la UV insistió en mantener actividades académicas, bajo una errónea interpretación de la autonomía universitaria. Muchos alumnos, en su mayoría foráneos, hubieran salido de la ciudad si hubieran sabido a temprana hora de la suspensión de clases, pero, por el contrario, permanecieron varados en la ciudad sin poder regresar con sus familias. La suspensión oficial de clases llegó hasta altas horas de la noche, cuando el daño ya estaba hecho.

La tragedia exhibió ante la opinión pública nacional la ilegalidad de la administración de Aguilar Sánchez; tal vez por eso ahora intenta corregir el rumbo convocando a la comunidad universitaria a sumarse a las tareas de apoyo. Pero el tiempo pondrá las cosas en su lugar: la rendición de cuentas no se evita con una simple cortina de humo.