“PUENTE MOCHO” Y ABANDONO EN BANDERILLA: VECINOS DENUNCIAN NEGLIGENCIA DEL ALCALDE DAVID SANGABRIEL
INFORMACIÓN | Revista el Tlacuilo: ¡NI A CUÁL IRLE! / Revista el Tlacuilo
Colonias Díaz Mirón y Brisas del Sedeño viven entre el riesgo y la indiferencia institucional; Xalapa intervino, pero la solución es precaria
Revista el Tlacuilo
INFORMACIÓN | Revista el Tlacuilo / 2025-07-23
Redacción El Tlacuilo, Banderilla, Ver.— A escasos meses de que concluya su gestión, el alcalde de Banderilla, David Sangabriel Bonilla, enfrenta el abierto repudio de los habitantes, quienes ya manifestaron su inconformidad en las urnas. Su administración, marcada por la omisión y el servilismo político —en especial hacia figuras como Eleazar Guerrero— deja una estela de abandono, negligencia y deudas sociales que pesan sobre las comunidades.
Un ejemplo de ello es el caso de las colonias Díaz Mirón y Brisas del Sedeño, cuyos vecinos han padecido durante años el deterioro estructural del conocido “puente mocho”, una vialidad esencial que permanece colapsada desde que una pipa —dedicada a lucrar con la venta de agua extraída del arroyo local— lo dañó. La tragedia es doble: además del peligro constante, el hecho mismo revela el rezago histórico en el suministro de agua potable por parte del municipio, que obliga a las familias a comprar el vital líquido.
Lejos de asumir responsabilidad, el Ayuntamiento de Banderilla dejó el asunto en el olvido. Fue el municipio de Xalapa el que, en un gesto más humanitario que institucional, improvisó la construcción de un puente peatonal de madera junto al viejo puente dañado. Sin embargo, la estructura fue tan endeble que el primer ventarrón arrancó parte de sus barandales. Aunque precario, el “puentecillo” sigue siendo la única opción segura —o menos riesgosa— para los habitantes que necesitan cruzar el arroyo.
Mientras tanto, las familias siguen en el limbo. Pagan predial en Banderilla, pero es Xalapa quien acude cuando la situación se vuelve crítica. Entre la desatención de un municipio y la intervención limitada del otro, las vidas de los vecinos siguen pendiendo de un hilo.
David Sangabriel, quien llegó por el PRD y luego adoptó un discurso neomorenista, será relevado por un gobierno de signo opositor. Pero más allá de las siglas, lo cierto es que su gestión será inevitablemente revisada. El nuevo gobierno panista tendrá la responsabilidad de auditar su administración y responder a las omisiones que hoy se traducen en puentes colapsados, servicios ausentes y comunidades hartas.
Hoy por hoy, los vecinos de Díaz Mirón y Brisas del Sedeño no exigen favores ni discursos: exigen lo básico. Un puente seguro. Agua potable. Y un gobierno que los vea.