Redacción Revista El Tlacuilo.- Un feminicidio ocurrido en Baja California ha encendido las alarmas sobre los riesgos de la exposición a contenidos violentos en televisión y plataformas de streaming. Christian Iván “N”, un adolescente de 16 años, confesó haberse inspirado en la serie Dexter para asesinar y desmembrar a Keyla Nicole, de apenas 13 años.

Según la Fiscalía estatal, el joven no solo planeó el crimen, sino que incluso realizó dibujos de cómo lo ejecutaría. Además, ya había amenazado a otros compañeros de su escuela con mutilarlos, lo que refleja una peligrosa fijación con la violencia.

El caso trae a discusión dos temas cruciales: el acceso sin control a series que normalizan el asesinato y la insuficiencia del marco legal actual. Dexter, transmitida por Netflix, presenta a un asesino serial como protagonista, generando empatía hacia el personaje y relativizando sus crímenes. Esto plantea un cuestionamiento sobre el impacto de este tipo de contenidos en mentes vulnerables.

Por otro lado, el marco jurídico en México establece que un menor de edad no puede pasar más de cinco años en prisión, sin importar la gravedad del delito. En este caso, la condena máxima que enfrentará el feminicida será de apenas cinco años, un castigo que muchos consideran insuficiente frente al nivel de violencia del crimen.

El asesinato de Keyla Nicole vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de replantear tanto el consumo de contenidos violentos como las leyes que protegen a menores infractores. La sociedad se enfrenta, una vez más, a la incómoda pregunta: ¿realmente estamos protegiendo a nuestras infancias?

Ahora, en el marco legal ya no es sostenible que los menores de edad que cometen homicidios con premeditación sean juzgados bajo lo establecido de 3 años de prisión máximo para los menores de 16 y de 5 para los menores de 18; nos cuestionamos: ¿qué sentirán los padres de la niña? sabiendo que quien les arrebató la vida de su hija y se ensañó con su cuerpo permanecerá solamente 5 años preso; es inimaginable.

Estos casos no dejan de ser una oportunidad para cambiar nuestro esquema social y de vida.