Redacción. – La participación de México en la Cumbre del G-7, celebrada en Alberta, Canadá, representa un paso significativo en la proyección internacional del país, encabezada ahora por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Aunque la esperada reunión bilateral con el expresidente estadounidense Donald Trump fue cancelada por motivos de agenda internacional, dicha cancelación no debe opacar la relevancia estratégica de estar presentes en el foro multilateral más influyente del mundo democrático.

La invitación de México al G-7 —grupo integrado por las siete economías democráticas más desarrolladas: Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y Japón— no es sólo simbólica, sino un reconocimiento del peso geopolítico y económico que tiene el país a nivel internacional. Refleja que México es visto como un actor clave en temas globales, desde el cambio climático hasta la seguridad económica, la migración y la cooperación energética.

De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la presidenta Sheinbaum participará hoy en la plenaria de líderes del G-7. En su tercer día de actividades, destacan reuniones bilaterales con el primer ministro canadiense Mark Carney, anfitrión del evento; así como con líderes de Alemania, India y la Unión Europea. Estos encuentros apuntan a fortalecer lazos diplomáticos, impulsar la cooperación comercial y posicionar a México como interlocutor entre las economías desarrolladas y emergentes.

“La presencia de la presidenta Sheinbaum en esta cumbre no solo es un gesto diplomático, sino una oportunidad concreta para insertar la agenda mexicana en la conversación global y construir alianzas estratégicas que beneficien al país”, destacaron fuentes de la Cancillería.

En este contexto, la participación de México en el G-7 representa una plataforma de alto nivel para consolidar su papel como líder regional y puente entre el Sur Global y las grandes potencias democráticas del mundo. Y Donald Trump, como diría la Nana Goya: “¡Esa es otra historia!”