Xalapa, Ver., 5 de abril | Redacción Tlacuilo.- Con la entrega de la constancia de mayoría a María Josefina Gamboa Torales, se confirma que el grupo de los Yunes del Clan del Estero retiene apenas un último reducto de poder y financiamiento en Veracruz: Boca del Río.

La plaza es vistosa. Su vocación turística la convierte en un imán de recursos: hoteles, restaurantes y trámites municipales que dejan buen dinero vía predial y permisos. Sin embargo, el golpe fue seco, porque Bertha Ahued Malpica logró reducir la diferencia electoral de 16 puntos en la elección pasada a menos de 2 puntos en este 2025.

“Si la justicia es realmente justa”, Bertha sólo tendrá que esperar cuatro años más para sentarse en la silla embrujada de Boca del Río. Porque la victoria de los Yunes, seamos claros, huele a derrota.

Y es que perdieron lo que más dolía perder: Veracruz Puerto, donde Rosa María Hernández Espejo les dio un repaso de los que no se olvidan. Una paliza que los dejó sin la joya de la corona, sin su bastión más productivo y, para muchos, sin el poder.

Con todo respeto a los boqueños —que no tienen la culpa—, en lo político y económico no hay comparación posible entre ambos municipios:

Según el Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI, Veracruz tiene 607 mil 209 habitantes, mientras que Boca del Río apenas 144 mil 550. Y eso se refleja con claridad en los padrones electorales: Veracruz cuenta con 471 mil 909 electores, contra 122 mil 250 de Boca del Río. Una diferencia brutal que en las urnas ya hizo estragos y en la práctica convierte a Veracruz en la voz cantante de la región.

Y aún hay más. Otra mala noticia para el Clan del Estero es que de los cuatro municipios a los que abastece el Grupo MAS —esa empresa con la que los Yunes han hecho fortuna a costa del agua—, dos ya están en manos de Morena: Veracruz y Medellín. Y si bien Medellín no pesa tanto pero su voto vale, Veracruz va a pesar fuerte en la zona conurbada… y con agenda propia.

Después de diciembre, no se augura un buen destino para esa “empresa”, que bien podría ser puesta bajo la lupa y desaparecer, sobre todo ahora que el mapa político cambió de manos.

De presupuestos y predial no se puede hablar con claridad por la opacidad con la que se han manejado ambas administraciones municipales, pero es evidente: Veracruz Puerto recauda más, maneja muchos más recursos y tiene más peso político que Boca del Río.

Por eso, repetimos: ganar Boca del Río fue una victoria que a los Yunes les sabe a derrota… y de las que duelen y que les pega en su punto más vulnerable… ¡La cartera!