27 de mayo, 2025. Redacción | Revista El Tlacuilo.- “Cuando la cocinera es mala le echan la culpa a la lumbre”: En su tradicional estilo de ver la paja en el ojo ajeno —y esconder la bodega llena de de forraje—, el PAN ha sacado la señal de SOS: llamaron a más de 100 de sus "líderes" (y lo ponemos entre comillas por respeto a la ironía) para “cuidar” las elecciones en Veracruz.

Entre ellos, la mismísima Comisión Permanente del Consejo Nacional del PAN. ¡Ah, caray! Si eso no pone orden, ¿qué lo hará? Tal vez próximamente convoquen a Chente Fox, al Comandante Borolas... y si la cosa se pone peor, seguro hasta Batman, Goku y la Liga de la Justicia harán acto de presencia en la defensa del voto azul.

Lo curioso es que toda esta energía de estos 100 iluminados, probos e incorruptibles, expertos en frenar irregularidades electorales, no la convocaron cuando realmente hacía falta: cuando se dilapidaron desde la silla del Gobierno del estado de Veracruz una millonada de recursos públicos para favorecer a los candidatos panistas, sobre todo a su bodoque, Chiquiyunes”, al que Yunesneitor quiso imponernos de Gobernador; aún recordamos aquel intento cobijado por el PAN para impulsar al gobernador de juguete, pero al bodoque no lo quisieron los veracruzanos ni a billetazos. Pero ¿A dónde estaban en esa elección los cancerberos del voto?

La cosa es simple y dura: el PAN, o mejor dicho los Yunes del Estero, están a punto de perder sus bastiones más preciados, Veracruz y Boca del Río. La gente está harta de los saqueos, de los pactos con el PRI, operados y ejecutadsos por esta familia y sus empleados. Pero sobre todo están encabronijados por ese entusiasmo del Mastín y su cachorro por votar a favor de la Reforma Judicial que tanto criticaban ¡Se las van a cobrar! El ciudadano de Veracruz y Boca ya se cansó de tragar pan duro

Por si fuera poco, Tantoyuca también les huele a derrota. Joaquín Guzmán anda más caliente que comal sin tortilla. Y si así están en sus bastiones… imagínese usted cómo les va a ir en los municipios donde no tienen ni a quién le preste el patio para la reunión.

Lo que viene después del descalabro azul ya está más que cantado: se van a ir por la ruta legaloide. Judicializarán la elección, gritarán ¡fraude! con lágrimas de cocodrilo, y buscarán a toda costa embarrar el proceso de entrega-recepción. No para ganar, sino para ganar tiempo, limpiar el terreno… y desaparecer archivos. Como diría el clásico:

“¡Que no quede huella, que no, que no, que no quede huella!”