El Origen de Tenochtitlán: Entre la Mitología y la Historia



La historia de los mexicanos está entrelazada con una narrativa que oscila entre la mitología y la realidad, tejiendo un tapiz de significado cultural que perdura a lo largo del tiempo. Según el mito, durante la migración de los aztecas desde Aztlán, Huitzilopochtli profetizó que encontrarían su hogar definitivo al divisar un águila posada sobre un nopal, con una serpiente entre sus garras, un símbolo que ha perdurado como un emblema de identidad nacional.



El Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INERHM) ha resaltado que, basándose en diversas fuentes, el 13 de marzo de 1325 marca la fundación de Tenochtitlán, marcando el fin de la peregrinación de los mexicas, una de las siete tribus nahuatlacas que partieron de Aztlán en busca de su destino. Entre estas fuentes, el Códice Boturini emerge como una crónica visual que relata los eventos de esta épica travesía, que abarcó aproximadamente 187 años, impregnados de guerras y acontecimientos históricos cruciales.



La peregrinación de los mexicas, dirigida por Huitzilopochtli, culminó en un islote en el valle de México, dando origen a la majestuosa ciudad de Tenochtitlán. Sin embargo, este relato está envuelto en una neblina de mitos, versiones e interpretaciones diversas. La ubicación precisa de Aztlán, la leyenda del águila y la serpiente, así como la ocupación previa del islote, son temas que continúan generando debate. Inicialmente conocido como Cuauhmixtitlan, el lugar fue rebautizado como Tenochtitlán en honor a Tenoch, el último líder de los mexicas.



Aunque este evento histórico está impregnado de mitología, ha dejado una huella imborrable en la identidad mexicana y sigue siendo celebrado como un momento cultural de relevancia incalculable. La conmemoración anual de la fundación de Tenochtitlán es un recordatorio perenne de la riqueza cultural y la profunda historia del país.