“La Revolución Industrial cambió el rumbo del mundo. Esta transformación económica, social y tecnológica influyó mucho en la arquitectura de la época. Fue así, como algunos ingenieros empezaron a desarrollar construcciones monumentales, modernas, prácticas y muy originales. Tal fue el caso del francés Alexandre Gustave Eiffel, quien fue ganando renombre a lo largo de Europa por su diseño de puentes para la red francesa de ferrocarriles, pero lo que le daría un renombre mundial y por lo cual su nombre pasaría a la historia sería por su proyecto estrella, la torre Eiffel”. Así lo apunta México Desconocido, y viene a nuestra memoria ahora que su obra cumbre en Paris está cerrada por una huelga laboral.

Pero más allá de las vicisitudes queremos hacer referencia de la obra del escultor francés en el estado de Veracruz, siendo quizás la más representativa del autor “El Palacio de Hierro” de Orizaba, obra exponente del Art Nouveau en México y el único palacio metálico del mundo.

Este impresionante palacio metálico desarmable se construyó en Bélgica en 1892 y tuvo un costo total de 80 mil pesos en oro. Para trasladarla de Europa a México se necesitaron de tres viajes en buques de vapor desde el puerto de Amberes hasta el de Veracruz. Fue inaugurado el 16 de septiembre de 1894 y fungió como oficina de gobierno durante 97 años.

Otra obra que realizó Eiffel en México, con gran relevancia para nuestro estado, fue el Puente de Fierro, construido en 1870 para el paso del Ferrocarril México - Veracruz, a finales del siglo XIX. Porfirio Díaz, presidente de México en ese entonces fue el que le encargo a Gustave Eiffel esta obra, que posteriormente fue trasladada a Ecatepec, Estado de México.

Gustave Eiffel dejó una fuerte huella en México, con obras en diversos puntos del país, siendo otra de las más relevantes el Quiosco Morisco de Santa María la Rivera, CDMX; dentro de esa presencia en nuestro país se encuentran también la Iglesia de Santa Rosalía, Baja California Sur y el Quiosco de Jardín Juárez en Cuernavaca.