4 de febrero, 2024 (Revista el Tlacuilo).- El Estadio Azteca será escenario por tercera ocasión de un Mundial de Fútbol.

El Coloso de Santa Úrsula fue diseñado por los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares Alcérreca, e inició su construcción en 1962 como parte del proyecto para obtener la sede de la Copa Mundial de Fútbol, meta que fue lograda y se convirtió por primera ocasión en sede de una copa Mundial en el año de 1970.

Nuestro Estadio Azteca es el estadio que mayor cantidad de partidos de la Copa Mundial de Fútbol ha vivido, con diecinueve; además de que es el único en donde se han disputado dos finales de Copa del Mundo.
Fue también escenario del denominado Partido del siglo entre las selecciones de Italia y Alemania Federal, llevado a cabo en una de las semifinales de la Copa del Mundo México 1970, donde los italianos se impusieron en un emotivo juego por marcador 4-3. Desde luego apunte aparte merece también la actuación de Pelé para conseguir con Brasil aquella Copa del Mundo. Pelé dijo en alguna entrevista: “Un país (México) que no puedo olvidar por el cariño, por la atención que ellos me dieron y por cómo me trataron”

En 2008, luego de una votación organizada por el sitio de internet oficial de la FIFA, fue elegido por el público como el estadio más emblemático del fútbol mundial, superando en votaciones al Maracaná y el Wembley.

El equipo de fútbol de Tiburones Rojos del Veracruz jugó en el Azteca el primer juego de competencia oficial, el 2 de junio, en la jornada inaugural de la Copa México 1966-67; partido que fue ganado por los veracruzanos al Atlante, con marcador de 2 goles a 1… ¡jarocho, jarocho, jarocho…! Waldir Pereira "Didí”, del Veracruz marcó el primer gol oficial del Azteca en el minuto 14 del primer tiempo, por la vía del penal.

El Azteca ha sido sede de múltiples eventos deportivos, además de las dos Copas del Mundo de categoría absoluta; este inmueble acogió todos los tipos de competencia de selecciones nacionales varoniles de la FIFA, incluidas las respectivas finales (Copa Confederaciones, Torneo Olímpico, Copa del Mundo Sub-20 y Copa del Mundo sub-17), siendo el único en el planeta con dicho registro.

Ha fungido como anfitrión de torneos continentales de clubes (Copa de Campeones de la Concacaf, Copa Libertadores, Copa Interamericana, Copa Sudamericana y Copa Merconorte); la ceremonia de inauguración y el torneo de fútbol de los Juegos Panamericanos de 1975; la Copa de Oro de la Concacaf; la Liga de Naciones Concacaf; juegos de pretemporada y temporada regular de la NFL; torneos locales (Liga de Primera División, Copa México, Campeón de Campeones, Liga Femenil, fuerzas básicas, Liga de Ascenso, 2.ª división y clasificatorios a Copa Libertadores); peleas de box, conciertos, eventos masivos de carácter político, religioso y social, entre otros.

Ahora que será nuevamente sede de un Mundial de Fútbol, compartiendo el honor que con estadios de E.U y Canada, no podemos dejar de destacar que, ante las otras sedes el Azteca no desmerece, al contrario, su historia y su genialidad arquitectónica lo respaldan. Modestia aparte, engalanará el próximo Mundial y merecía que ahí se jugara la final, pero FIFA dijo que no.