(Revista el Tlacuilo).- Empecemos por mentar el pasado reciente: En alguna ocasión circulando por la zona de la clínica 11 del Seguro Social de Xalapa, nos llamó la atención la figura de un hombre parado afuera de un estacionamiento, estaba solo y su alma; taciturno, desorientado y desaliñado; supusimos que era un hombre en situación de calle, con más razón cuando la gente pasaba a su lado sin voltear a mirarlo siquiera; pero al más de cerca lo identificamos, se trataba del entonces alcalde Hipólito Cuevas, a quién nadie acompañaba y nadie reconocía.

Así de gris es el pasado munícipe de la capital de Veracruz ¿de su trabajo que decir? Fue el tiempo de los camellones y parques de la hierba crecida, de las calles desatendidas; el cuatrienio que se caracterizó por el subejercicio; Hipólito regresó una millonada al Gobierno Federal porque no supo o no quiso utilizar el dinero público en beneficio de sus habitantes.

La cultura estuvo también abandonada y la escasa obra pública realizada fue de relumbrón, como es el caso de la pérgola del Parque Juárez y la ciclovía; en fin, su desempeño fue pésimo y aportó su dosis de rezago a la infraestructura de Xalapa; pero nadie lo criticó, desde esta redacción fuimos de los pocos que fuimos registrando sus pifias, que fueron muchas; a los xalapeños no les molestó el abandono y hasta parecería que lo disfrutamos.

El cuatrienio pasado, que transcurrió en los años en que no hubo tanto tráfico en la calle habría sido ideal para hacer la infraestructura que hoy está realizando Ahued, pero no, no se hizo nada; tampoco desde el Gobierno de Yunes hubo interés por la Capital; sin embargo, ahora que Xalapa tiene un alcalde que está tratando de reducir el margen de rezago que tiene la ciudad, hasta “la madre le mientan”, según comentó él mismo.

Hay mucha obra sí, causa retraso y tensiones también, pero es mucha la reconstrucción y construcción porque el rezago es también mucho; obstruye la vialidad porque se trabaja lo más rápido posible; pero se ha hecho más obra pública en dos años que en dos cuatrienios juntos; y sí, claro que es desesperante y a muchos nos pone los nervios de punta.

Pero la ciudad luce atendida en su infraestructura; en lo social hay siempre un programa extenso en cultura, y hasta tiempo le ha dado a Ahued de hacer política.

La Capital tiene un alcalde muy completo, que hasta quienes criticábamos su intención de regresar ahora reconocemos que fue lo mejor que pudo haberle pasado a Xalapa para disminuir su rezago, esto dicho sin lisonja y en un reconocimiento real al trabajo. Tampoco se trata de que a todos les caiga bien, aunque si ayuda un poco de empatía.

Pero, en fin, si a los xalapeños nos gusta la mala vida del abandono y el saqueo, votemos en dos años por algún flojonazo o uña larga que se postule, de esos hay muchos y ya estamos acostumbrados a ellos.