1 de octubre 2024, REDACCIÓN: La asociación recurrente ante la actitud del ex canciller Marcelo Ebrard Casaubón es la del referente histórico de Manuel Camacho Solís ante la designación de Luis Donaldp Colosio como candidato; ambos muestran una necesidad obsesiva por ser, misma que los lleva a la confrontación y a hacer el mayor daño posible a su partido para intentar presionar.

Camacho desde el servicio de autobuses urbanos Ruta 100, y siendo regente del entonces Distrito Federal, había financiado hacía razón de dos años un “movimiento” ficticio en Chiapas llamado “Movimiento Zapatista”, “guerrilla” que hizo estallar cuando no fue candidateado; para que después, Carlos Salinas con toda su perversidad lo enviara de conciliador al “conflicto”, quitándole los reflectores de campaña a Colosio y convirtiendo a Camacho en la figura política del momento, muy por encima del candidato presidencial; las consecuencias de haber generado un candidato oficial débil todos las conocemos.
La guerra de Ebrard es menos “estropajosa”, pero quizás igual de letal; el daño que busca hacer permanece aún en el escenario político, con una impugnación ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de su partido, y amagando con quitarle la mayoría en el Congreso a Morena sacando de la bancada a cerca de 40 diputados afines; esto entre otras acciones que buscan fracturar a la 4T.
El daño que está haciendo Ebrad y el discurso agresivo de sus seguidores será quizás materia prima para la oposición en campaña; vemos un Ebrad descompuesto y desleal, solamente porque como lo diría un ilustre político veracruzanos “las ganas de ser candidato (y de ostentar el poder), son como las ganas de ir al baño, no se pueden aguantar”