(REDACCIÓN).- “¡Lo que se ve no se juzga!”. Ahora que Rocío Nahle _en tiempo y forma_ se destapó para la gubernatura; apostamos doble contra sencillo a que en Veracruz sucederá lo mismo que a nivel nacional, en donde las encuestas solamente ratificaron a quién todo el tiempo había ido adelante en los sondeos; que en el caso de Veracruz es la ingeniera Rocío Nahle García, a quién desde antes de subirse al ring ya se le sumaron por lo menos cuatro aspirantes de Morena y solamente se conservan con la guardia en alto tres de ellos.

Los sondeos internos tanto de la oposición como de los de Morena siempre han situado a Nahle como puntera en las preferencias electorales, algunos por escaso margen y otros con holgura, pero arriba.

Así qué, si a nivel nacional no hubo sorpresa alguna, no tendría por qué ser distinto en Veracruz; por si esto fuera poco, es tiempo de mujeres, no hay duda de eso.

Por otra parte, lo que antes parecía extraño, que es la falta de presencia proselitista de Nahle, ahora es parte de su fortaleza, pues al no contratar publicidad, ni generar giras proselitistas está libre de compromisos con quienes han financiado las aspiraciones de algunos otros; no le debe nada a nadie oculto, quienes la respaldan son personajes públicos que dan la cara y que lo han hecho de manera mesurada.

Otra cuestión que la acompaña a su favor es la paciencia de quién está segura de las cosas que vienen y que además respeta las leyes; no se aceleró, no se adelantó, no caminó al margen de la ley electoral, esperó los tiempos legales y eso es una virtud.

Nahle tiene todas las ventajas para llegar a la candidatura y muy probablemente a gobernar el estado, y aguas, quienes tienen intención de necear sería bueno que se vieran en el espejo de Ebrard, de Augusto, Noroña y de Monreal; porque no es lo mismo quedar fuera de las aspiraciones, que quedar fuera del “afecto” del sucesor o sucesora.