Xalapa Ver. 20 de septiembre.- Julen Rementería del Puerto se ha puesto la casaca de “pedinche” últimamente; un día se le ocurre solicitar que bajen el precio de la luz, otro pide dinero para los afectados por las lluvias y otro más presiona para conseguir contratos de obras para sus cuates; otro más publicita su charada de los tres ejes de desarrollo, que básicamente intenta que le den dinero público para administrarlo; y así, su precampaña que pretende que lo lleve a la candidatura a la gubernatura está basada en andar estirando la mano para ver que le dan, pero también se caracteriza porque el Senador no hace nada de su bolsillo para beneficio directo de los veracruzanos, tampoco se ocupa de gestionar asuntos prácticos que podría concretar fácilmente y beneficiarían a sus representados, solamente quiere quedar bien con sombrero ajeno, sin desgastar su peculio ni trabajar en lo que realmente le corresponde.

Y bueno, el hecho de que Julen sea flojonazo a lo mejor hasta nos beneficia porque cuando se pone a trabajar perjudica a los veracruzanos, ejemplo 1: se la pasó sin hacer gran cosa como alcalde de Veracruz, pero ya de salida se puso a chambear y nos dejó los parquímetros que le han costado millones y millones de pesos al bolsillo ciudadano y ha hecho multimillonarios a los dueños de la empresa; y que no nos diga que él no se llevó su embarrada por la concesión.
Ejemplo 2: Como secretario de Siop se dedicó a concluir las obras que había dejado inconclusas Duarte, algunas de ellas estaban ya casi terminadas; sin embargo, lo único que él hizo en su totalidad quedó mal hecho, se trata del reasfaltado de la vía Xalapa-Coatepec que ya es apodada la “carretera de jabón” porque en cuanto llueve se pone sumamente resbalosa y ha ocasionado centenares de accidentes desde que Julen la inauguró con bombo y platillo hombro con hombro con su patrón.

A Julen no le queda la estrategia de los cuestionamientos a los gobiernos actuales, después de que él mismo fue cómplice de uno de las administraciones estatales más corruptas e ineptas de la historia de Veracruz, que afortunadamente duró solamente dos años y que no logró su continuidad gracias al repudio de los veracruzanos en las urnas.