18 de julio, Xalapa Ver.- Apenas esta mañana Federico Salomoncho Molina mentía con todo descaro a un reportero, afirmando que muy pronto iniciarían la “operación cicatriz” después de su controvertida ratificación como presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, Veracruz; y decimos que mentía cínicamente porque realmente no existe la menor intención de sumar a nadie que haya votado en contra del Clan Yunes, u operado a favor de la planilla que encabezó Joaquín Guzmán Avilés; los hechos hablan por sí mismo. Cheque usted la manera en que este grupúsculo ya se apoderó por completo de ese partido y ni por disimulo piensan añadirle un poco de democracia al otrora partido plural.

Al conformar la Comisión Permanente del PAN, todas las posiciones fueron repartidas para los yunistas; no fue incluido nadie ajeno a ese grupo, aunque varios de los relegados ostentan importantes cargos de elección popular no fueron tomados en cuenta ¡Agárrese! He aquí la lista de miembros extraoficio que quedó conformada por ocho ilustres empleados de Yunes: 1.- Federico Salomón Molina 2.- Indira Rosales San Román 3.- Enrique Cambranis Torres 4.- María Josefina Gamboa Torales 5.- Juan Manuel Unanue 6.- Pablo Alejandro Cárdenas Tejeda y 8.- Mizraim Eligio Castelán Enríquez. Juntos algunos de ellos podrían juntar como 300 años de cárcel.

Los 30 militantes electos van por consiguiente, personajazos que sepultarán seguramente la poca calidad moral que aún sostenía al blanquiazul; entre ellos se encuentra gente tan cuestionable como la Mancha Voraz alias Pepe Mancha; Fernando Yunes, Ana Cristina Ledezma, Danilo Alvízar, Víctor Serralde, El Choriqueso, entre otros de esa talla. Todo con la complascencia de su “líder” nacional, Marko Cortés.

Ni modo, el PAN veracruzano pasó ya de ser un partido político a operar como una tribu salvaje, peor que las tribus de los peores tiempos del PRD.

La buena noticia es para Morena, que no necesitará ocuparse del PAN veracruzano; ellos se van a destruir solitos, cimentados en el odio de un personaje que así como Manuela Torres nació para cantar, él nació para odiar.