El origen de los voladores de Papantla; con dedicatoria
Xalapa. Ver: Con dedicatoria / Revista el Tlacuilo
Conociendo a los hombres pájaro

Revista el Tlacuilo
/ 2022-07-17

Se cuenta que en ancestrales años, un grupo de viejos sabios encomendó a unos jóvenes castos cortar el árbol más alto, recio y recto del monte, para utilizarlo en un ritual, en un contexto de un mundo más solemne: el de la América prehispánica, de la cual tanto desconocemos pero este ritual es uno de los pocos que logran sobrevivir, por ella se le debe tanto respeto.

El Rito de los Voladores se practica en muchas comunidades, siendo Papantla la más representativa de esta ceremonia ancestral. Esta danza mística es, en realidad, un vestigio de tradiciones mucho más antiguas que se originaron en lo que hoy es el occidente de México.

Dentro del inmenso misticismo que envuelve a las tradiciones de México, las danzas son quizás una de las demostraciones que más admiración causan, la belleza, la indumentaria y el colorido que las enmarca, siguen impresionando a propios y extraños.

Al igual que la mayoría de las danzas sagradas desafortunadamente fueron prohibidas por los españoles, contra todo pronóstico, el rito de los Voladores sobrevivió en ciertas regiones hasta la época moderna, mostrando la gran fortaleza a la que hace honor, entre ellas nuestro Papantla.
El origen de los Voladores de Papantla proviene de una plegaria a la divinidad para que haga caer la lluvia sobre los cultivos en tiempos de sequía. Universal y ancestral, esta danza de la fertilidad está plagada de simbolismos, cada uno de los voladores representa uno de los cuatro puntos cardinales. El caporal, el personaje que toca el tambor y la flauta, es el centro de la Tierra. Los coloridos atuendos hacen referencia al plumaje de las aves. Los listones de colores simbolizan el arcoíris que aparece después de la lluvia. El descenso mismo de los danzantes representa la caída de la lluvia. Cada señal del caporal es una acrobacia que los voladores deben ejecutar de una forma específica, debe girar 13 veces en cada caída, simulando descender por los 13, que multiplicado por los cuatro voladores es 52, justo el número de años del calendario Xiuhmolpilli.

Hay personajes particulares en Veracruz que hoy en día deberían conocer este tipo de tradiciones antes de actuar.