La posibilidad de que Jorge Winckler regresara a la Fiscalía parecía una broma de mal gusto, una grotesca bufonada digna de cualquier Carnaval mal organizado por el Pollo, pero no, el asunto fue serio y presentado a consideración del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Séptimo Circuito, al que el empleado del Clan, Jorge Winckler Ortiz, solicitó un amparo con el cual pretendía ser reinstalado en el cargo… ¡Hágame usted el refabrón cavor!

Para buena fortuna de los veracruzanos los magistrados decidieron rechazar el proyecto de su homólogo ponente Octavio Ramos Ramos que pretendía echar abajo la decisión del Congreso de Veracruz de echar fuera al ex Fiscal.

En el colmo del cinismo también pretendía el pago de su sueldo y demás prestaciones económicas y de seguridad social, desde su separación hasta su restitución.

Dos de los tres magistrados votaron en contra del proyecto presentado, fueron Roberto Castillo Garrido y Alfonso Ortiz quienes se fajaron los pantalones y salvaron el día.

Después de la bochornosa anécdota Winckler sigue prófugo y quienes llevaron adelante su solicitud de amparo son públicamente sus encubridores.