Dos prólogos y dieciséis cuentos son suficientes para entender el complejo mundo en la mente de Jorge Luis Borges, uno de los escritores hispanos más conocidos, aunque no para el ex presidente Vicente Fox quien ha tenido al menos dos pifias cuando se ha referido al escritor argentino Jorge Luis Borges; la primera fue cuando tenía apenas 10 meses como presidente de México, en el Congreso de la Lengua Española, en Madrid y ante el rey Juan Carlos de España, cambió el nombre del también poeta argentino y lo llamó “José Luis Borgues”; a segunda fue en octubre de 2010 cuando en Twitter felicitó a Mario Vargas Llosa por ganar el Nobel de Literatura.
“Felicidades Mario, la hiciste! Ya son tres Borges, Paz y tú”, escribió. Sin embargo, el escritor argentino jamás fue reconocido por la Academia Sueca.

Borges Acevedo nace en Buenos Aires en 1899 (Suiza, 1986), ensayista, poeta y escritor. Tras estudiar en Inglaterra y vivir en España algún tiempo, vuelve a Argentina donde la fama de su obra crece a la par de empleos desde traducción y crítica literaria de autores como Virginia Woolf y Henri Michaux, hasta bibliotecario.

Borges utiliza un singular estilo literario, basado en la interpretación de conceptos como los de tiempo, espacio, destino o realidad. La simbología que utiliza remite a los autores que más le influencian William Shakespeare, Thomas De Quincey, Rudyard Kipling o Joseph Conrad, además de la Biblia, la Cábala judía, las primigenias literaturas europeas, la literatura clásica y la filosofía.

Ficciones es una de las obras más representativas de Borges. En ella se resumen los principales temas, los intereses intelectuales más queridos del autor. En todas las historias de este libro el tiempo es, de un modo u otro, un personaje central. Con un arranque confuso que va de más a menos, pero que será un referente de una literatura de derecha.

Si consideras que la narrativa debe ser sencilla, sin rodeos, ni presunciones, tira este libro lo más lejos que puedas cuando lo tengas cerca, porque no es para ti.