15 de mayo, 2022.- Sabemos perfectamente que la Universidad Veracruzana carece de una área de prensa, que la señorita que cobra un salario como encargada de difusión se dedica solamente a eso, a cobrar un salario; pero ante una emergencia como la sucedida el día de ayer dentro de las instalaciones de la USBI, sí debió de haber algún pronunciamiento por parte de la UV.

Sin embargo, parecería ser que la USBI es tierra de nadie, lo administra un patronato que es peor que el que se había apoderado del Acuario de Veracruz, pues nadie sabe a donde van a parar los ingresos que cobran para entrar y por la renta de espacios deportivos, como fue la renta del estadio de beisbol, que le alquilaron a la cantante Gloria Trevi para presentar su concierto; pero horas antes de la presentación colapsó el escenario, el techumbre se vino abajo hiriendo a tres trabajadores (la cantante los niega pero los servicios médicos de emergencia los confirman), pero si hubiera colapsado durante el concierto estaríamos lamentando decenas de heridos, todo gracias al mal armado del escenario, pero sobre todo a la ausencia de las autoridades universitarias.

Ante los hechos difundidos por este portal y por muchos más, los “cobrones” de la USBI no asomaron las narices, tampoco Protección Civil estatal y municipal intervinieron; la decisión de continuar con el concierto, en otra área de la USBI y en un improvisado escenario, fue exclusiva de la cantante; como si ella fuera la única autoridad responsable de la seguridad de los xalapeños “igual de atrevidos como su Trevi”; dijo ella misma.

Presumió la cantante en Instagram que: “En medio de la tempestad, contra viento y marea” se llevaría a cabo “un concierto alternativo” “con todo el alma, con todo el corazón y con todos los huevos del mundo” “Si se pudo, Si se pudo, Si se pudo”; y anunciaba que el concierto iniciaría a las 11: 30 pm, en un escenario armado al aventón.

El nombre del nuevo álbum de la Trevi le quedó perfecto al campo de la USBI, se llama “Isla Divina”, igualito que es la USBI para sus administradores y explotadores, una divina isla de la impunidad y del dinero fácil, a costillas de la Universidad Veracruzana.