22 de abril, 2022.- La presidenta del municipio de Veracruz, Pati Yu, y el presidente de Boca del Río Enanue no están haciendo nada extraordinario al llevar la fiesta en paz con el Gobierno Estatal y doblar las manitas ante autoridades superiores, es lo que administrativamente corresponde y conviene a sus gobernados; pero llama la atención por los antecedentes de odio que tiene la familia Yunes en contra del Presidente y del Gobernador.
En el caso de Enanue no, él siempre ha sido dócil con los de fuera de casa, incluso en algún momento siendo diputado local se esperaba que abandonara las filas del PAN, pero no lo hizo, y no solamente eso sino que logró colarse como candidato ganador a la alcaldía de Boca.

Durante su reciente paso como diputado, se le cuenta como traición a su partido su voto a favor de la designación de magistrados del Poder Judicial de Veracruz, aun cuando el PAN había, previamente, anunciado que sus diputados votarían en contra.

Unanue sí estuvo cercano a la oposición, pero al PRI no al PAN, con los azules hace tiempo que no jala; por eso no sorprende su mansedumbre de ahora.

Lo que sí causa revuelo es la cordialidad de la señora Lobeira, a quién se le considera parte del grupo Yunes, que hasta hace poco eran enemigos radicales de la 4T, pero insistimos, su disposición administrativa y política es solamente señal de que su grupo está contra las cuerdas y buscan una salida; pero que no se confundan, la cordialidad oficial de las autoridades de Morena no significa que estén blindados, tarde o temprano les va a “caer la voladora”, de eso estamos seguros.

Ante este panorama, Joaquín Guzmán Avilés sale beneficiado en su lucha por elecciones limpias dentro de PAN, pues el clan del Estero pierde su argumento de acusarlo de ser cercano a Morena, porque ahora queda en evidencia quienes sí lo son, ya lo han comentado algunos columnistas. Además de que seguramente a estas alturas Marko Cortes ya se estará dando cuenta de que lo traicionaron.

El Chapito enfrentará las próximas elecciones internas siendo el único panista al 100%; va contra un grupo tan debilitado que tuvo que tragarse su orgullo y su soberbia y agachar la cabeza.

A final de cuentas el hecho de que hayan entregado el Puerto a Morena no le afecta a la militancia del blanquiazul, pero que lograran llegar al partido azul para entregarlo también, eso sí que “es otra historia” (diría la Nana Goya); entonces sí que tendrían que irle encendiéndole cirios al edificio de Zamora.

Pero en fin, la decisión estará en manos de la militancia, que si no aprovecha esta ocasión para deshacerse de quienes les arrebataron el partido tantos años, estarán mal, muy mal.