Un comerciante tuxpeño puso en su negocio ubicado en pleno centro de Tuxpan, una manta donde le reclama al alcalde Juan Antonio Aguilar Mancha un adeudo que tiene desde hace cuatro años. La manta donde balconean al munícipe dice: “Sr. Alcalde Toño Aguilar: 4 años que le fiamos y no ha pagado a esta tienda. ¡No se vaya sin pagar! Los comerciantes somos gente trabajadora. No nos robe”.

El proveedor es un ingeniero bioquímico que activó cinco túneles desinfectantes en oficinas municipales y el edificio del Ayuntamiento, trabajo por el que cobró 200 mil pesos de los que Antonio Aguilar sólo pagó 50 mil. Pero aparte le debe otros servicios de cuando fue candidato. Y es que así es el señor Aguilar Mancha… olvidadizo.

Pero eso no es todo. El ORFIS le detectó un presunto daño patrimonial a las Cuentas Públicas del 2018, 2019 y 2020 por un monto de 70 millones 650 mil 505 pesos y aún le falta la Cuenta Pública del 2021. Es decir, puede meterse en problemas judiciales una vez que deje la alcaldía, pero al parecer eso no le quita el sueño.

Tan es así que cuando le faltan horas para dejar el cargo, se le ocurrió dar a conocer el Código de Ética y Conducta que, entre otras cosas, obliga a los servidores públicos a “ejercer con responsabilidad y claridad los recursos públicos, eliminando cualquier ostentación y discrecionalidad indebida en su aplicación”.

Esos Códigos que debieron promocionarse cuando Aguilar Mancha comenzó su cuatrienio, los está dando a conocer cuando ya va de salida y cuando (por los señalamientos que le hacen) ni su ética ni su conducta han sido lo mejor en el cumplimiento de sus deberes para con los tuxpeños.

Hay alcaldes que carecen de vergüenza, pero don Juan Antonio carece de otra cosa.